Más de un centenar de padres y alumnos de varios colegios públicos de la capital afectados por la huelga de limpieza tomaron ayer la Plaza Mayor para exigir al Ayuntamiento una solución «ya» al conflicto laboral, al entender que el germen del problema reside en el recorte de 200.000 euros en el contrato municipal. Con pequeñas pancartas y después de protagonizar un acto simbólico en las puertas de sus respectivos centros escolares, una representación de los padres consiguió acceder a la institución para exigir al equipo de Gobierno el fin de «una situación límite», apuntaban desde la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Zamora. Sin embargo, el Ayuntamiento «solo nos dice que está atado de manos», lamentan, «muy preocupados» por la situación.

Ante una huelga más larga de lo inicialmente previsto, las familias de los niños preparan una manifestación para mostrar su «indignación» y no descartan dejar de llevar a sus hijos a clase si el problema continúa, dado que «ya empieza a haber problemas de salud, sobre todo, de asma y epidermis». Sin embargo, el conflicto va más allá de la propia huelga, ya que con anterioridad a ella «los problemas ya existían». En este sentido, «exigimos que una vez se solucione el conflicto, la limpieza sea adecuada».

El portavoz del equipo de Gobierno, Feliciano Fernández, ratificó ayer de nuevo la exigencia de cumplir los servicios mínimos y planteó la existencia de trabajadoras que «quieren desarrollar su trabajo y se lo impiden».

Mientras tanto, el acercamiento entre la empresa Seralia y sus trabajadoras parece estar cada vez más cerca, aunque con concesiones por ambas partes. Sin embargo, no todas las empleadas están dispuestas a ceder por encima del 5% de recortes, su lucha desde el origen. Después de ocho despidos y la amenaza de cuatro más para esta semana, la empresa reduce ahora su tijeretazo con varias opciones sobre la mesa, entre ellas, bajar del 18% de recortes al 8%. Aunque la empresa pidió a las trabajadoras la desconvocatoria de la huelga para sentarse a negociar, las empleadas han acordado que no levantarán la medida de presión hasta que «no exista un documento con un porcentaje de máximos en los recortes».

El problema va más allá de los colegios públicos, ya que afecta también a las dependencias municipales. Uno de los edificios que se encuentra en tierra de nadie es el de Los Momos, que permanece excluido de los servicios mínimos. Según expone IU, una treintena de trabajadores ha solicitado un informe al departamento de prevención de riesgos laborales que certifica que las condiciones son deficientes y que, además, el edificio carece de calefacción», reproduce Francisco Guarido.

Otro de los edificios afectados es el pabellón Ángel Nieto, donde se disputará el próximo fin de semana la Copa de la Reina. En el caso de que para entonces prosiga la huelga, «los servicios mínimos pueden ampliarse cuando realmente repercuta en los intereses públicos», dijo el edil de Medio Ambiente. Además, la limpieza recaerá «de manera proporcional» en Ayuntamiento y Diputación.