El arquitecto que diseñó el puente nuevo, Javier Manterola, ensalzó ayer al «esfuerzo muy importante de la Administración regional para terminar» este proyecto, ya que «tal y como están las cosas no es fácil. Otros proyectos que tengo en otras ciudades se han parado del todo» al resultar imposible continuar con su financiación pública. El artífice del diseño del nuevo viaducto recordó que su primitiva idea era crear un puente «más moderno, algo un poco más especial». No fue posible porque «les presenté esta idea y les gustó; y el que manda, manda», apuntó el arquitecto que se desplazó hasta Zamora para participar en el acto de inauguración de su viaducto. «Muy satisfecho» por el resultado obtenido, no olvidó recalcar que el mérito no es solo suyo, sino de «todos los que hemos trabajado» en la ejecución de proyecto y destacó como curiosidad la rotonda en el aire, «es especial», así como la estética que pretende recordar la del Puente de Piedra. Atrás quedan los impedimentos que puso la Comisión de Patrimonio para revestir el puente de piedra, finalmente tuvo que ser de hormigón blanco, cuyo resultado ha sido del agrado del arquitecto navarro. El puente tiene un longitud de 425 metros, con seis vanos que emulan a los del de Piedra de entre 40 y 92 y metros; y dos rotondas de acceso desde la carretera de Almaraz a la N-122, en la margen derecha, y con la avenida del Nazareno en San Frontis.