Un joven podría ir a la cárcel durante diez meses por acudir al domicilio de su esposa, de la que tenía una orden de alejamiento tras ser condenado por maltrato, y a pesar de que fue ella quien le reclamó porque «estaba enferma, había estado en urgencias el día anterior, y no tenía con quien dejar al niño. Acudí a él porque era la persona que tenía más cerca». La mujer aclaró que cuando su marido llegó le vio que estaba bebido, «nervioso» y decidió llamar a la policía «no quería que se autolesionara» porque, según indicó, suele hacerlo cuando se encuentra ebrio. «No pensé que iba a pasar esto», dijo. La fiscal mantuvo la petición de pena de prisión.