Lo único certero en todo el proceso abierto es que los ahorradores pueden estar tranquilos sobre la seguridad de sus depósitos. No se puede decir lo mismo por lo que se refiere a los titulares de las preferentes, que se enfrentan a quitas de hasta el 40% cuando se nacionalice Ceiss. La integración en Unicaja es defendida incluso por asociaciones de consumidores como Ausbanc. Su presidente, Luis Pineda, manifestó ayer en Salamanca su confianza en que la intervención de Bruselas dé origen a una entidad «solvente, eficaz y confiable».

A juicio de Pineda, el paso adelante dado por la troika que analiza la viabilidad de las entidades es positivo, ya que «anima a las entidades a hacer banca y atender, volviendo a sus orígenes, los intereses de solvencia y clientela».

Durante años, denunció Pineda, las entidades de ahorro «no han buscado negocio sino cómo quitarle el dinero a sus clientes y crear activos tóxicos y ni siquiera apropiándose indebidamente del dinero han logrado generar recursos. "Se le ha perdido el respeto al dinero de los clientes de Bancos y Cajas y deben volver a ganar dinero prestándolo», apostilló el presidente de Ausbanc.

El responsable de Ausbanc elogió el papel de Evaristo del Canto, «que heredó una mala situación y está tratando de gobernar en un mar embravecido» y respecto al futuro afirmó no saber qué va a suceder con Caja España-Duero aunque desde la perspectiva financiera «suena muy bien el proyecto de fusión con Unicaja al que añadiría Extremadura y Asturias» para vertebrar un gran grupo financiero de Norte a Sur del país. Esa unión, ahora en entredicho por la intervención estatal, solo será posible, matizó, si Unicaja lleva las riendas del proceso.

Pineda pidió que se devuelvan a los consumidores el dinero de las cláusulas de suelo o las acciones preferentes «para que la revalorización vuelva a la gente. "Hay que ganar miles de sentencias para que la recuperación del país sea más rápida», precisó. Para ello, cuenta Pineda con la justicia «que ya se han hartado de que los usen de mamporreros de la banca».