«La Educación es mucho más que Educación Física, pero es muy poco sin ella» Con esa premisa en letras bien grandes en su despacho, el profesor Antonio Sánchez Martín, tiene clara la influencia que la expresión corporal tiene a la hora de aumentar la creatividad y fomentar la autonomía personal de los que la practican.

El movimiento, según detalla el maestro, es una herramienta ideal para desarrollar las competencias básicas, «como la capacidad de expresarse y lo que es fundamental, aprender a aprender. Que los futuros maestros sepan seguir aumentando conocimientos por su cuenta y tengan la capacidad de transmitirlo y enseñarlo a sus alumnos», explica el docente del área de Didáctica de la Expresión Corporal de la Escuela de Magisterio de la capital.

Matemáticas, Lengua y Literatura, Historia... ninguna asignatura es ajena al movimiento, y todas ellas se pueden plantear de un modo en el que la Educación Física tenga un peso determinante.

¿Un poema de Pablo Neruda se puede convertir en movimiento? Los alumnos de Magisterio no tienen duda al respecto y dirigidos por su profesor son capaces de meterse en la piel de los distintos protagonistas de cualquier cuento o novela que caiga en sus manos. «A primera vista puede parecer que se trata solo de disfrazarse y pasárselo bien, pero el objetivo va mucho más allá, y se consigue que el alumno mejore su forma de comunicarse, de escribir, de interiorizar un texto y como no, de mejorar su nivel de conocimiento literario», explica el profesor Sánchez Martín.

Una de las formas más ingeniosas en las que ese aprendizaje se lleva a cabo es que los alumnos escojan un cuadro y representen no la misma escena, sino la previa al momento que el pintor ha plasmado. «Esta es una actividad muy completa, ya que además de potenciar la creatividad, los estudiantes toman conciencia del propio cuadro, el momento histórico en el que se desarrolla, los personajes que participan...», asegura el profesor.

Gracias a estas dinámicas, el maestro evita que lo corporal «se convierta en una isla», motivo por el que la relación con el arte, la literatura o la lengua es una parte indispensable de cada actividad.

Lejos de quedarse en el papel y dentro de los muros de la Universidad, hacer de la Educación Física una pasarela de unión entre el resto de disciplinas es una realidad en colegios como el Centro Rural de Innovación Educativa de la capital (CRIE), donde no por casualidad el propio Antonio Sánchez ejerce de director.

La creación de espacios propicios para el aprendizaje es otro de los puntos a los que la asignatura de Expresión Corporal presta especial atención, y su puesta en práctica lleva a los expertos a comprobar su eficacia con los destinatarios: los niños. «Cuando trabajamos con ellos, en el CRIE o bien en trabajos que realizamos en los colegios, nos damos cuenta de los fallos y de las cosas que estamos haciendo bien y que influyen en la capacidad de los alumnos de mejorar su autonomía personal y su capacidad de crear», subraya.

Un laboratorio en plena efervescencia es el aula polivalente donde los estudiantes de Magisterio desarrollan unas ideas que, previamente, nadie ha llevado a cabo de esa manera. «No se trata de copiar técnicas, o de ensayar ejercicios de un libro, que sería más sencillo pero mucho menos enriquecedor», comenta el profesor, que ve día a día como sus alumnos crecen personalmente a través del conocimiento de su propio cuerpo.

Una de las últimas actividades del profesor ha sido el desarrollo del curso «Del texto literario a la dramatización creativa», donde alumnos y profesores en activo han buscado la manera de meterse en la piel de los personajes del libro «Niños raros», del autor Raúl Vacas.

El cuerpo y el movimiento como herramienta de aprendizaje y crecimiento personal cada vez tiene más peso en la formación de los menores, que además de divertirse aprenden a resolver situaciones y tomar decisiones, como la de que la expresión corporal, sí les gusta.