Un vecino de Villalpando se enfrenta a una pena de año y medio de prisión por robar las banderas del instituto de la localidad, por lo que también se le exige una indemnización de 122,75 euros, que debería abonar al centro educativo en concepto del coste que le ocasionó tener que reponer las banderas sustraídas.

Los hechos se remontan al 21 de junio del pasado año, cuando supuestamente el acusado saltó la valla del instituto sobre las tres de la madrugada para subir hasta el mástil y robar las banderas que allí ondeaban, mientras que un amigo le esperaba en el exterior del recinto.

Durante el juicio, el acusado, I. T. M., negó los hechos que se le imputaban y aseguró que esa noche estuvo hasta las seis de la madrugada en su casa conectado con otros amigos a través del Skype y jugando al póquer por Internet, «como hacíamos habitualmente en esa época», reconoció.

El principal testigo de la acusación, un vecino que vivía junto al centro educativo, aseguró que vio al acusado en el instituto aquella noche sobre las tres de la madrugada. El se encontraba en el jardín de su casa y oyó ruidos metálicos. «Vi a un chico saltar la tapia del instituto que hablaba en otro idioma con otro que estaba fuera». El testigo no dudó ni un momento en asegurar que inculpado era el que estaba esa noche en el instituto «porque la luz de una farola le daba directamente en la cara», apuntó. Cuando observo que cortaba una de las banderas pensó en salir a recriminarle pero finalmente no lo hizo por miedo a posibles represalias «ya que no estaba solo». Por eso optó por entrar a su vivienda para coger el teléfono móvil y avisar a los intrusos que no salían del centro llamaría a la Guardia Civil. Sin embargo, cuando volvió al jardín, ya habían desaparecido las banderas y los dos chicos.

Por su parte, los agentes de la Guardia Civil aseguraron que días después fue el mismo acusado quien se acercó para declararse el autor de los hechos, punto que él negó durante el juicio.

Entre los testigos de la defensa, la madre del acusado recordó que su hijo estaba esa noche en casa cuando ella llegó de trabajar a las doce y media de la noche y que luego no salió. «Aunque me fue a dormir sé que no salió de casa en toda la noche, porque si lo hubiera hecho, habría sentido la puerta», replicó.

Por su parte, los dos amigos que estuvieron esa noche con él jugando al póquer vía Internet defendieron la coartada del acusado, aunque uno de ellos reconoció que se conectó cerca de las cuatro de la madrugada, y no desde la una, como indicó en su declaración el presunto autor de los hechos.

Por todo lo ocurrido durante esa madrugada en Villalpando, el Ministerio Fiscal solicitó un año y medio de prisión, además del pago de las costas del juicio y mencionada indemnización, mientras que el abogado defensor pidió su libre absolución «al no haber prueba de cargo necesaria y suficiente», argumentó.

Una empresa de eventos de la capital abonará a un hotel de la ciudad una multa de 360 euros por incumplir un contrato que se realizó vía Internet con motivo de la celebración de la Copa de Piragüismo en Zamora. La baja cantidad de la multa se debe a que la acusada reconoció los hechos y se llegó a conformidad. Junto al arrepentimiento, ya se había satisfecho con anterioridad la responsabilidad civil, que ascendía a 5.300 euros. Estos atenuantes, reparación del daño causado y conformidad con los hechos, hicieron que el Ministerio Fiscal conmutara la pena inicial solicitada de tres meses de prisión por la multa.