Ayer pasó de todo en el salón de actos del Museo de Semana Santa durante algo más de dos horas. El clima conciliador y la llamada a la responsabilidad del vicario José Miguel Matías Sampedro se dio de bruces con una asamblea tozuda, que terminó acusando al representante del Obispado de «poner obstáculos» a la elección de un presidente que buena parte de la sala quería elegir ayer por aclamación en la persona de Chano Lorenzo. Del trabado, a veces intenso y «lamentable» encuentro salió una débil gestora con cinco miembros, pese a que el responsable del Silencio abandonó la reunión definitiva, un tanto desesperado tras fracasar su propuesta de zanjar ayer la crisis. La solución final, que bien podría ser el nombramiento de un comisario, tiene plazo: 15 días.

El «circo» en el que se ha convertido la formación de una directiva que dirija la Junta pro Semana Santa ya es reconocido por todos, la propia Iglesia y las cofradías. Así lo apuntó en su discurso inicial el vicario Matías Sampedro, quien no escatimó adjetivos para llamar a todos a la «responsabilidad». El representante eclesial pidió a todos arrimar el hombro para dotar a la Semana Santa de «estructuras» que «garanticen» el cumplimento de sus fines. «Lo queramos o no, lo religioso no es propiedad del hombre» apuntó Matías Sampedro, quien exigió evitar un debate sobre «quién es el más importante» para reclamar el ansiado consenso.

«Qué lamentable espectáculo damos a la sociedad», reflexionó el vicario, quien llamó a todos a «desbloquear» una situación «esperpéntica». A continuación, Matías Sampedro pidió a las cofradías que votaran cinco miembros para una nueva gestora cuyo objetivo consistiría en consensuar el futuro presidente. Sin embargo, más de la mitad entregaron una papeleta en blanco y la gestora quedó constituida con escasos apoyos por Chano Lorenzo, Dionisio Alba, Manuel Rodríguez, Juan Antonio Haedo y un combativo Rufo Martínez, quien reiteró a la asamblea la opción de una nueva asamblea extraordinaria inmediata para investir a Chano Lorenzo presidente. Aunque la opción encontró un apoyo mayoritario, acabó fracasando ante la negativa del vicario, quien más tarde razonó que tal situación «no puede darse en caliente» ya que «requiere reflexión».

Varios miembros de la asamblea insistieron en la vía rápida y acabaron acusando a Matías Sampedro de «oponerse», de ser «un obstáculo» al consenso. Los presentes abandonaron el salón de actos para que la débil gestora -Rufo Martínez acabó dimitiendo- tenga ahora el encargo de buscar presidente hasta el día quince. Si no, la opción de un comisario al frente del órgano semanasantero será una realidad.