El borrador del Decreto en el que está trabajando la Junta para eliminar las restricciones a la apertura comercial en zonas próximas a un Bien de Interés Cultural (BIC) no ha sido visto, de momento, con buenos ojos por los pequeños comerciantes de la ciudad.

La Junta pretende que los establecimientos comerciales que se encuentren ubicados en zonas de gran afluencia turística de la región tengan plena libertad para determinar los días y horas que estarán abiertos al público. Estas «zonas de gran afluencia turística» serán, a efectos del Decreto, aquellas áreas en las que se encuentre ubicado un bien inmueble de interés cultural integrado en el patrimonio artístico o histórico de la ciudad.

Según el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte actualmente existen en la capital un total de 33 inmuebles (o conjuntos de edificios) que están catalogados como Bien de Interés Cultural. Estos abarcan desde la Biblioteca Pública del Estado a la Iglesia de San Esteban. El conjunto histórico de Zamora, en toda su extensión, también tiene esta categoría, al igual que el Palacio de los Condes de Alba y Aliste o el Palacio de los Momos, lo que permite hacerse una idea de la cantidad de comercios afectados por esta medida al estar cercanos a estos edificios.

Esta medida también afectaría a todos los pueblos de la provincia que cuenten con algún BIC. Según el mismo registro, actualmente hay repartidos por los pueblos de Zamora más de 60 bienes protegidos, desde la Plaza de Toros de Toro al Castillo de los Condes de Benavente, en Puebla de Sanabria. Por tanto, en la práctica, la aprobación de este Decreto supondría que los comercios de multitud de pueblos de la provincia tendrían plena libertad para decidir que días y a que horas abren al público.

Los pequeños comerciantes de la capital consideran que la aprobación de leyes como esta benefician a las grandes superficies, ya que ellos no se encuentran en la situación, «y menos ahora», de poder competir en igualdad de condiciones.

Alfonso Hierro, trabajador de un comercio de la ciudad, opina que «esta medida no aporta soluciones para el pequeño comercio», ya que «se está apostando claramente por los intereses de las grandes compañías». Este trabajador recuerda que se deberían «tener más en cuenta los intereses de los pequeños comerciantes», porque las pequeñas y medianas empresas «somos los que más trabajo creamos».

Una opinión compartida por la mayoría de los comerciantes consultados es que, aunque quieran, no pueden abrir más horas. «No consiste en abrir por abrir», apunta Hierro, «tenemos que abrir cuando tenemos casi la certeza de que vamos a ganar dinero. No por abrir más horas vamos a ganar más».

Mariano Álvarez, que también posee un negocio en la capital, cree que «cosas como esta o la ampliación del periodo de rebajas hundirán a los pequeños comercios en beneficio de las grandes superficies». En la situación actual, apunta, «las ventas han caído mucho y si abrimos los sábados por la tarde y los festivos no tenemos ningún día para descansar», porque, al no tener el volumen de facturación de las grandes superficies, «a día de hoy no podemos pensar en contratar a gente». «Hay gente que piensa que no abrimos más porque no queremos, pero la realidad es que no podemos», concluye.