José Luis Campano acaba de aprobar con calificación Cum Laude su tesis doctoral sobre la realidad del Monasterio de Moreruela, centrando el trabajo en la iglesia. Este Doctor explica que los zamoranos siempre han creído «una realidad paralela» sobre el derrumbe de Santa María, pero que la verdad es que únicamente la meteorología fue la gran culpable. Por ello quiere explicárselo a sus conciudadanos antes de publicar la tesis.

-¿Qué expone en su tesis doctoral sobre la iglesia del Monasterio de Moreruela?

-La idea principal es que el Monasterio no se vino abajo por la acción del hombre. La única acción del hombre fue que en un principio desmontaron las lajas de la cubierta accediendo por una escalera que hay en la iglesia, pero nada más. Del resto se encargaron las inclemencias del tiempo y los problemas que ofrecían las piedras, que eran una combinación de arenisca y cuarcita.

-¿Queda desmontada entonces la creencia de que el derrumbe fue cosa de los lugareños?

-Absolutamente. En el año 1835 el Monasterio estaba en perfectas condiciones de estabilidad y en menos de cincuenta años la construcción se vino abajo ¿Qué ha pasado ahí? ¿Los lugareños del pueblo le dijeron a un albañil que cogiera una piqueta y empezara a sacar piedras? No. Cuando ellos empezaron llevarse las piedras, que lo hicieron, el Monasterio ya se había caído. Cualquiera que tenga conocimientos sobre esto sabe que si metes una piqueta en una iglesia y empiezas a picar y a quitar piedras, ahí no se mueve nada. Quitas la primera dovela, la segunda, la tercera y aquello se sigue manteniendo.

-¿Entonces cómo se produjo el derrumbe?

El monasterio se llegó a caer por un proceso natural, por las inclemencias del tiempo. Alguien, eso es cierto, hizo una rotura de la plementería de la nave central. Por allí entró el agua, en el subsuelo hay arcillas expansivas, hubo una desestabilización total de la zona de muros y pilastras y la realidad es que se empezaron a abrir grietas en esos muros, donde no existe drenaje o los que hay están obstruidos.

-¿Qué grado de importancia alcanzaron los drenajes para el mantenimiento del conjunto?

-Los drenajes que hicieron los monjes en la zona exterior eran apoteósicos. Esa es la palabra. Un día de estudio en el mismo Monasterio cayó una tormenta de las de tener que meterme en el coche. En diez minutos cayeron 300 litros por metro cuadrado. Cuando salí, pensé que el terreno estaría impracticable y debería utilizar botas. Fui hacia un badén de la zona sur imaginando que estaría encharcado y allí no había ni una gota. Estaba todo encharcado menos la zona del Monasterio. Hasta ese punto son de impresionantes los drenajes.

-Era una prioridad, pues, de los monjes el hecho de no dejar entrar agua al recinto.

-Yo he estado estudiando los archivos de obras del Monasterio, que existen todavía y están en la Biblioteca Nacional y al leer te vas dando cuenta de que el gasto mayor del Monasterio era en humedades que aparecían y que no dejaban permanecer. Si había que cambiar una laja, la cambiaban. La prioridad máxima que ellos tenían era que el Monasterio no tuviese aguas en el interior. Pero en cuanto quitaron de las cubiertas esas lajas, aquello se vino abajo.

-Su tesis demuestra que a día de hoy existe un riesgo en el mantenimiento de la iglesia por las humedades.

-De hecho, si no se le dedica la atención necesaria, de aquí a 10 años el daño puede ser irreparable. Desde mi trabajo y lo que he visto y comprobado con diferentes pruebas que expongo en la tesis, creo que hay que seguir manteniendo el monasterio con criterios más técnicos para solucionar, por ejemplo, el problema de las escorrentías de agua, Si por la zona superior no ponen una albardilla para que esas aguas no caigan en la zona de muro, los muros se siguen abriendo. Eso por un lado. Y por el otro, el trabajo está ahí, y sigue diciendo que aquellos sillares que estén expuestos a la acción del agua a través de las sales solubles se siguen descomponiendo. Entonces vamos a mejorar las técnicas que se están aplicando por parte de la Junta. Que están bien, pero hay que entrar en procesos más técnicos.

Zamora, 1946

José Luis Campano Calvo es profesor titular en la Escuela Politécnica Superior de Zamora y, a partir de ahora, Doctor por la Universidad Politécnica de Madrid. Trabaja en la docencia en el departamento de Construcción y Agronomía, en el área de Ingeniería de la Construcción. En su currículum aparece también el título de Experto en Gestión de Patrimonio por la Universidad de Salamanca y Arquitecto Técnico colaborador de Aguicamp. Su estudio de las causas del derrumbe del Monasterio de Moreruela, centrándose en la parte de la iglesia, le ha llevado más de 15 años de trabajo, aunque fue hace tres años cuando comenzó a dedicarse casi de pleno a ello. Ahora, con el doctorado aprobado y la tesis pendiente de publicación, quiere mostrar su trabajo «a los zamoranos en primer lugar, ya que son quienes deben conocer la verdad sobre este patrimonio que les pertenece»