Un espacio amplio, donde se ubica la recepción y la muestra temporal, da la bienvenida al Museo Diocesano. Las primeras piezas del recorrido corresponden a una escultura de Santiago El Mayor, que procede de Santiago de los Caballeros; a otra de San Ildefonso y a un San Atilano, patrono de la Diócesis venido de Santa María La Nueva, así como un lienzo del mismo santo de autor desconocido del XVII que se expone por primera vez al público.

Le siguen cuatro cruces parroquiales, una de San Cipriano, de Antonio de Burgos de principios del XVI; otra de la desaparecida parroquia de Argusino de Andrés Gil «uno de los mejores plateros de esa época»; otra de finales del XVI de autor desconocido de la iglesia de Santiago del burgo y otra, de Santa Lucía. Entre los elementos de platería destacan una custodia portátil del platero mexicano Rodríguez, de las Concepcionistas, un altar portátil del último cuarto de siglo XVIII de la antigua iglesia de San Bartolomé o una campanilla del taller de Malinas del XVI.

Dos capiteles de Santo Tomé, fechados a principios del XII y ubicados en la nave norte, forman parte de la muestra gracias a la iluminación que han otorgado. La decoración de La adoración de los pastores y La adoración de los Reyes Magos suponen la antesala a los objetos pétreos. En ella aparecen dos estelas hispanorromanas del siglo I y II, cuatro frisos decorativos de San Pedro de la Nave, templo que también aporta un elemento decorado en bajo relieve con el perfil de una cruz procesional. Se unen estelas que proceden del Obispado y del Santo Sepulcro o un capitel del XII, del Obispado, «muy extraño al estar realizado con la técnica de trepanado en el XII», indica el director del Museo, José Ángel Rivera.

Entre el mobiliario expuesto destaca dos relieves escultóricos en madera tallada de San Agustín y de San Jerónimo y una arqueta de la primera mitad del XV de madera policromada y dorada de la iglesia de San Andrés o bien tres lipsanotecas, cajitas para reliquias, de XII aportados por las iglesias de Santa María de la Vega, de Santiago del Burgo y el Obispado.

Los ejemplos artísticos referidos al Antiguo Testamento corresponden a dos bustos del Padre Eterno, procedentes de San Juan de Puerta Nueva y atribuidos a Juan Ruiz de Zumeta, quien también cuenta con dos esculturas en madera policromada que representan a Moisés y al rey David. El recorrido prosigue con varias figuras de San Juan Bautista niño, una de ellas realiza por Ramón Álvarez, y otras dos de adulto así como un grupo de esculturas de la Virgen con el Niño.

Entre las pinturas cabe mencionar una de la Anunciación, del monasterio de los Jerónimos de Alonso de Arco, Una sagrada familia, donada por la familia Sotelo a San Andrés o Una huída a Egipto, realizada con la técnica del estofado. Sobre la Pasión aparecen diversos óleos, como uno del maestro de Fuentelcarnero o un Ecce Homo. El discurso prosigue con dos obras de Pedro de Mena, el Ecce Homo y la Dolorosa.

Una colección de Crucificados, de distintos estilos y autores, enlazan con un relieve del Descendimiento, un cuadro de La Resurrección y ejemplos de varias Inmaculadas, entre ellas las resalta la de Gregorio Fernández que perteneció a las Concepcionistas. Una talla de la Dormición de la Virgen, que realizó Aurelio de la Iglesia para sufragar el camarín del Tránsito, cierra el recorrido expositivo.

De lunes a viernes de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 19.00 horas. Sábados, de 10.00 a 14.00 horas.

Entradas

General, 3 euros.

Solo exposición temporal, 1 euro.

Grupos, de 10 a 20 personas, 2 euros.

Estudiantes y jubilados acreditados, 2 euros.

Niños menores de 12 años y desempleados, gratis.

Gratuita, lunes de 17.00 a 19.00 h.