El tira y afloja mantenido entre comercios y sindicatos sobre los horarios de apertura también afecta a las vacaciones de Semana Santa, en la que los establecimientos también tienen la obligación de cerrar durante las jornadas del Jueves y Viernes Santo en cumplimiento de la normativa laboral, a pesar de la gran afluencia de visitantes que recibe la capital durante dichas jornadas.

Un conflicto que generó una situación sin precedentes durante la Semana Santa del año pasado, cuando el Sábado Santo coincidió con la fiesta de Villalar, lo que producía el cierre de tiendas durante cuatro jornadas consecutivas. Finalmente, un grupo de establecimientos optó por abrir durante la jornada del Sábado Santo a pesar de carecer de permiso para ello tras fracasar las negociaciones mantenidas hasta el último momento con los sindicatos. La única condición impuesta fue atender a sus clientes sin recurrir a sus trabajadores. Los sindicatos realizaron una labor de vigilancia para comprobar el cumplimiento de esta condición, que derivó en la presentación de una decena de denuncias ante la Inspección de Trabajo.

En aquella ocasión, la apertura se limitó a comercios con una superficie inferior a los 300 metros cuadrados al acogerse a la libertad de decisión que permitía la normativa de la Junta de Castilla y León. Algo que ahora los comercios pretenden volver a aplicar en futuras fiestas de San Pedro.