Autor del libro bilingüe «Los niños del viento»

Hugo Girão de Freitas ha presentado recientemente su libro «Los niños del viento» en la sede zamorana de la Fundación Rei Afonso Henriques, Frah, en un acto en el que estuvo acompañado por la cuentacuentos Charo Jaular, quien amenizó el acto literario.

-¿Cómo surge el libro?

-Desde el planteamiento de ayudar. Desde el inicio tuve claro que tenía que respaldar a algún colectivo o proyecto social para que mis palabras pudieran hacer magia, que es lo que realizan los niños del viento, más allá del libro y la imaginación, por ello un 40% del valor de libro está destinado a un colectivo portugués que ayuda a los padres con niños con trisomía 21. Comencé a escribir este texto para contar una historia bonita, dado que en los tiempos actuales se precisa algo de ilusión en el mundo. Este libro ha estado varios años aparcado hasta que localicé un colectivo al cual respaldar.

-¿Por qué dio forma a su proyecto como un libro para niños?

-Realmente yo no me sujeto a formas. Con anterioridad ya había escrito y publicado una fábula, he escrito dos romances y estoy ultimando otro. «Los niños del viento» está inspirado en mi visión particular del nacimiento del mundo y del sentimiento del amor, tal y como lo conocemos. Los personajes principales son la Luna y el Sol y dos humanos, Rita y Pedro. Los niños descubren que el satélite natural de la Tierra y la estrella se tienen una admiración mutua e intentan hacer que puedan llegar a un amor verdadero. Me gusta el resultado dado que agrada a niños y también a padres, que me están confirmando que todos, pese a nuestra edad, todos tenemos un niño dentro.

-El libro está escrito en español y portugués. ¿Qué le impulsó a que estuviera en las dos lenguas en la misma edición?

-Yo escribo en portugués, mi lengua materna. Desde hace unos años vivo en Zamora y percibo que existe un interés hacia la lengua portuguesa. Las diferencias entre España y Portugal cada vez son menores porque somos ibéricos y compartimos el mismo paisaje y una cultura común. Cada vez existe más interés en ambos lados por ahondar en el idioma, debido a temas comerciales y culturales. Propuse a mis editores que el libro se tradujera al castellano y finalmente en el mismo volumen se presenta el texto en portugués y castellano. No obstante, creo que quienes se están interesando por mi libro es porque siente curiosidad por mi escritura, aunque creo que también al estar en los dos idiomas la tendencia es, tanto en niños como adultos, curiosear el texto en el otro idioma.

-¿Se considera un defensor del iberismo?

-Sin duda, soy defensor del iberismo y de que no se deben perder las raíces. No obstante, no me gusta que no me impongan nada.

-Los «Niños del viento», ilustrado por Diogo Valente, ¿tendrá una continuación?

-No, no lo creo, al menos, en este momento dado que mi trabajo mana del día a día. En la actualidad estoy trabajando en un proyecto muy interesante de llevar mis obras a todas las lenguas de la península ibérica. Creo que es una buena manera de darme a conocer entre los lectores de portugués como de castellano. He reescrito mi primera fábula, tras ocho años. Le he otorgado mucho más cuerpo para una posible edición bilingüe.

Lisboa, 1975

Se considera autodidacta porque ha sido muy mal estudiante. Siempre ha escrito, aunque la rebeldía de la adolescencia le hizo abandonar su afición y el universo del arte, salvo la música, a la que se dedicaba su padre. Volvió a la creación literaria, debido a una catarsis en su vida por un problema de salud hace año y medio. «Creo que volví a sentirme escritor y sentí cuál es mi camino a raíz de tener que equilibrar mis energías para recuperarme de la dolencia», indica. Llegó a España en los 80, aunque retornó a Portugal más tarde. En 2004 la situación económica en Portugal comenzó a empeorar por lo que decide trasladarse a Litos, localidad de origen de su suegra. Ha publicado «El rey y el hombre que ya lo había sido», «El silencio de las almas», en coautoría con la escritora Isabel Fontes, y «El silencio de tus ojos», inéditos en España.