Empresarios y sindicatos retomaron ayer las negociaciones del convenio de comercio, con una propuesta patronal de introducir una importante flexibilidad en la jornada laboral a cambio de un 5% de subida salarial, sin revisión según el IPC y alguna otra ventaja, como descuentos de hasta el 30% en productos para consumo propio del empleado. A la hora de cierre de esta edición aún continuaba la reunión negociadora si bien el presidente de la patronal, José María Esbec, explicó que la pretensión era implantar la jornada laboral de lunes a domingo, de forma que la tarde de los sábados sea un periodo normal de trabajo «con carácter general durante todo el año», y siempre respetando el límite de 40 horas semanales del empleado.

Los empresarios quieren también flexibilidad para poder abrir los negocios en fechas como las fiestas de San Pedro o la Semana Santa, ya que el comercio es un elemento dinamizador de la ciudad. «Queremos disponer del personal cuando está la gente para comprar y el horario comercial adecuado a la demanda», explicó Esbec. Con respecto al trabajo en festivo, el presidente de Azeco propone que las ocho aperturas permitidas de domingos y las de festivos se prioricen a criterio del empresario. «Cada ciudad tiene sus características especiales y los fines de semana se deben poder aplicar en función de las necesidades». Los empresarios quieren repartir equitativamente la elección de los días de vacaciones, ya que ahora tienen 18 los trabajadores y 12 a elección del contratante.

Los empresarios pretenden que la paga de beneficios se abone solo en caso de que la empresa tenga ganancias. En resumen, los empresarios quieren «flexibilidad para poder mantener los negocios y que no haya que cerrar».