Las calles de las nueve capitales de provincia de Castilla y León se inundaron ayer con alrededor de 50.000 personas, que secundaron las movilizaciones convocadas por CCOO y UGT contra la reforma laboral aprobada por el Gobierno, en una jornada de ensayo a las protestas que las centrales sindicales mantendrán en el tiempo frente al «cocktail de recortes» que se espera del PP y con la mirada puesta en una convocatoria general. La manifestación más numerosa se registró en Valladolid, con 25.000 personas, según estimaciones sindicales (10.000, según la Policía Local), seguida por Salamanca y León (unas 10.000 en cada caso). A continuación se sitúa Burgos, con 8.000 personas, según los sindicatos y más de 4.000, según la policía; Palencia, con 5.000; Ávila y Zamora, 2.000 en cada una; Soria, 1.700, según UGT y CCOO, y 1.200 según la policía, y Segovia, donde salió a la calle un millar de personas.

Los secretarios autonómicos de CCOO y UGT, Ángel Hernández y Agustín Prieto, que salieron a la calle en Valladolid, advirtieron de que las protestas de ayer sirven para «calentar motores» e ir «cargando fuerzas ante el inicio de una senda de movilizaciones» para hacer frente a los nuevos ataques que se esperan de los populares a los derechos de los ciudadanos durante los próximos meses. Las manifestaciones sindicales recibieron el apoyo de numerosos dirigentes de PSOE e IU en cada una de las provincias. Hernández explicó que la manifestación marca el inicio de unas movilizaciones que serán «sostenidas» en el tiempo mientras Prieto precisó que las movilizaciones seguirán una evolución «ascendente» y anunció nuevas manifestaciones para el 29 de febrero.