Casi 2.000 zamoranos salieron ayer a la calle para mostrar su rechazo a la reforma laboral que entró en vigor hace justo una semana en una de las manifestaciones más multitudinarias vividas en los últimos años en la capital zamorana. El elevado número de participantes que respondió ayer a la convocatoria realizada por CC OO y UGT contrasta con la escasa implicación ciudadana en las últimas convocatorias realizadas por las organizaciones sindicales, aunque sin alcanzar el anterior récord de participación, que se produjo en el año 2000 cuando 10.000 vecinos de la capital secundaron la movilización realizada por los agentes sociales y económicos a favor del cumplimiento del Plan de Choque.

Aún así, los sindicatos convocantes realizan una valoración positiva del número de personas que se sumaron ayer a la manifestación «teniendo en cuenta que en tan solo una semana no nos ha dado tiempo a llegar a todo el mundo ni a explicar a todos los trabajadores la repercusión de la reforma laboral impuesta por el Gobierno», según pone de manifiesto la secretaria provincial de UGT, Nieves García. Sobre los efectos de las medidas impuestas, el secretario provincial de CC OO, Eugenio González, insiste en que resultan «ineficaces para mejorar la economía, inútiles para crear empleo e injustas porque dejan todo el poder en manos de los empresarios».

La incorporación de ciudadanos a la manifestación fue en aumento en pocos minutos. De hecho, a las doce del mediodía, hora a la que se encontraba prevista el inicio de la misma en la Plaza de la Marina, sólo un reducido número de personas se encontraba congregado en el lugar, en su mayoría delegados pertenecientes a los dos sindicatos convocantes. Sin embargo, poco a poco la comitiva fue sumando participantes a medida que avanzaba por la calle Alfonso IX y al atravesar la Plaza Alemania ya era visible una nutrida oleada de gente. La multitud llegó a inundar por completo la calle San Torcuato, donde los manifestantes ocuparon de principio a fin toda su longitud. La manifestación giró después por la calle de Santiago para atravesar Santa Clara y desembocar en la plaza de la Subdelegación del Gobierno. El recorrido inicialmente previsto por Santa Clara tuvo que ser modificado para no coincidir con un pasacalles de Carnaval que se celebró a la misma hora. Una vez en la plaza de la Subdelegación, los dirigentes sindicales hicieron uso de megáfonos para volver a arremeter contra la reforma laboral, «un robo a mano armada», a juicio de la secretaria provincial de UGT, Nieves García. También advirtió que «a partir de ahora la mayor parte de trabajadores que sean despedidos van a cobrar una indemnización de 20 días por año». Otro de los aspectos más preocupantes que incorpora la reforma laboral, a juicio de los sindicatos, es «la desregularización de la negociación colectiva, que permitirá modificar las condiciones de los empleados», recrimina García. Por su lado, el secretario provincial de CC OO apeló a la unidad ciudadana «para luchar contra la reforma y lograr que se cambie en parte o en su totalidad». En todo caso anunció que «esta es la primera movilización de un largo camino contra la reforma laboral». Tras la intervención de los sindicatos convocantes, la manifestación volvió a cubrir el recorrido hasta la Plaza de la Marina. A lo largo de la manifestación también se pudieron leer numerosos mensajes en contra las últimas medidas tomadas por el Gobierno por parte de algunos de los colectivos que se sumaron a la movilización. «Basta ya, no somos esclavos, somos ciudadanos», fue la consigna lanzada por la plataforma 15 M, mientras que Izquierda Unida clamaba «queremos pan, queremos vino y a los banqueros colgados de un pino». Otras lemas más conocidos que también corearon los ciudadanos fueron «Manos arriba, esto es un atraco», o «Su beneficio, nuestra miseria».