S. Arizaga

Al concluir el juicio pidió disculpas a los propietarios de la nave en la que hace dos años entró a robar y en cuyo interior le sorprendieron con talones, décimos de la lotería de El Niño y diversos objetos de la empresa con los que echó a correr hasta que le dio alcance el yerno del titular del negocio. Su adicción a las drogas, desde los 16 años, le llevó a delinquir, no era la primera vez que lo hacía, admitió el letrado, su intención era vender la lotería y los artículos sustraídos para poder adquirir estupefacientes y calmar su ansiedad.

Mientras la Fiscalía exigió al Juzgado de lo Penal la condena a nueve meses de prisión por un robo con fuerza al considerar que el joven sustrajo las llaves de la nave de una furgoneta de la empresa, su abogado pidió su absolución «porque no hay pruebas». El procesado afirmó durante el juicio celebrado ayer que las llaves estaban en la puerta, lo que le facilitó su entrada. En cualquier caso, la defensa aludió a la toxicomanía del imputado, que estuvo en tratamiento en un centro especializado durante medio año y tuvo que interrumpirlo porque fue requerido por la justicia. Cuando robó, alegó el letrado, «no era libre, estaba con el síndrome de abstinencia, era adicto a todo tipo de sustancias psicotrópicas» por los problemas personales que tenía. El joven, que vivía con sus abuelos, está integrado socialmente y regenta con otras personas un restaurante, en el que trabaja como cocinero, relató su terapeuta.