Hasta seis escuelas rurales peligran de cara al próximo curso. La pérdida de alumnado extranjero, que en casos como en la zona de Fuentesaúco o Los Valles de Benavente, salvaban las escuelas, junto a la sangría de la despoblación, abocan al cierre de estos centros que en algunos casos se mantienen abiertos a duras penas con los cuatro alumnos a los que como mínimo pueden dar clase.

En la provincia, el número de estudiantes inmigrantes ha pasado de 1.123 el curso pasado a un total de 867 este año. Una pérdida de 256 alumnos que en la mayoría de los casos ha abandonado la provincia por falta de empleo en la familia. «La gente se ha ido marchando porque no hay trabajo, ya que muchas familias estaban en Zamora ocupando puestos estacionales en la recolección de las cosechas o la vendimia, y ahora no se les necesita como jornaleros», se pronuncia Ángel del Carmen, responsable de Educación del sindicato UGT. Algunos alumnos habrán dejado de estudiar, pero el alumnado extranjero se situaba sobre todo en Primaria, «y en la provincia no hay capacidad de trabajo para esta gente sin formación», asegura.

Los colegios que clausuran no vuelven a funcionar a pesar de recuperar alumnado en la zona

En este sentido, siete colegios perderían una unidad escolar de cara al próximo curso según las previsiones de la Junta de Castilla y León. En Coreses, Fonfría, Gema, Mahíde, San Cristóbal de Entreviñas y Santa Cristina de la Polvorosa se suprimiría una unidad de Primaria, mientras que en el colegio San José de Calasanz de Zamora se reduciría una unidad de Educación Infantil. «El caso de las escuelas rurales es lo más preocupante, porque se mantienen con el número mínimo de alumnos y el cierre de una unidad supone en la mayoría de los casos el cierre de la escuela», se pronuncia del Carmen, que llama la atención sobre la problemática concreta de estos centros, «porque cuando una escuela rural se cierra es muy complicado que se vuelva a poner en uso, si vuelve a haber alumnos en el futuro se les deriva al centro más cercano», explica.

La pérdida de población en las zonas rurales se acentúa con la salida de la provincia de las familias extranjeras que se habían instalado en ciertos núcleos y que ahora sacan a los menores de la escuela, la mayoría de Primaria. De hecho, según los datos facilitados por la Junta de Castilla y León, los inmigrantes en la etapa de Infantil han disminuido tan solo en siete este curso, pasando de 51 a 44. En el caso de la etapa de Formación Profesional, el dato de estudiantes extranjeros ha descendido este año hasta los 126 jóvenes de otras nacionalidades frente a los 139 matriculados en el curso 2011/2012.

Frente a la tendencia de pérdida de alumnado que sufre toda la provincia, destaca el caso del colegio de Morales del Vino, en el que se prevé la creación de una unidad más el próximo año debido al aumento de población que registra este municipio del alfoz de la capital.