Si el presidente electo del Gobierno, Mariano Rajoy, le ha pedido a los Reyes Magos una nueva reforma laboral, los agentes sociales también han escrito sus propias cartas con las peticiones que cada uno defiende, y que distan mucho en la forma y el fondo.

Si desde los sindicatos de la capital consideran que «una reforma laboral no crea empleo, ni lo va a crear nunca», según se pronuncia desde CCOO Eugenio González, la patronal espera el cambio de normativa para poder rebajar la presión sobre el empresario.

La carta de los sindicalistas comienza con un reproche: «recortando y mandando a la gente a la calle no se consigue nada, es una pérdida de derechos que no lleva a ninguna parte», se lamenta González, que admite que la reforma se tendrá que llevar a cabo, pero «sabiendo de antemano que empleo no va a crear, lo vimos con la anterior reforma que llevó a cabo el Gobierno de Zapatero y lo veremos ahora. Además, los recortes solo harán que todo termine por caerse, lo que necesitan los empresarios es financiación, no abaratar el más el despido», apuntan desde CC OO.

Precisamente de las primeras medidas que desde la CEOE se piden para la reforma que deberá estar lista en Reyes es «abaratar el despido. Es libre, pero caro y las empresas temen contratar, algo que no entienden sindicatos ni Gobierno», se queja el presidente los empresarios, Ángel Herrero Magarzo. Además, también añaden a la lista de deseos reducir la fiscalidad sobre las empresas, controlar la economía sumergida para rebajar la cuotas a la Seguridad Social, crear un contrato de aprendiz que implique un sueldo menor al salario mínimo y «fomentar el contrato a tiempo parcial como en el resto de Europa, que se pueda trabajar una, dos, o las horas que se quiera y no sea tan encorsetado como aquí», explica Magarzo, que termina su carta pidiendo una reforma «a largo plazo, que no cambie cada tres meses».

Y aunque por pedir que no quede, desde UGT, Nieves García no pide nada, «lo que hay que hacer es quitar la de Zapatero y volver a lo anterior», reclama la sindicalista, que lo único que cambiaría es la variedad de contratos, «que se simplifiquen, pero de contrato único nada», subraya.

Sus Majestades de Oriente van a tener complicado agradar a todos.