La escritora Silvia Laforet defiende, desde la propia experiencia, la custodia compartida como la mejor opción para los hijos, una vez que la pareja se divorcia.

-¿Cómo surge la idea de escribir un libro sobre este tema tan personal?

-Surge de mi propia experiencia. Me divorcié hace cinco años y desde el primer día decidimos la custodia compartida de nuestros hijos. En el mercado había algún libro sobre este tema, pero no hablaba de temas reales, sino de leyes o aspectos psicológicos y además escritos por personas que ni siquiera tenían hijos. Pensé que podía ser enriquecedor aportar mi punto de vista. Además, mucha gente me preguntaba, con curiosidad o con mala idea, cómo habíamos llegado a este tipo de custodia. Y este libro es una forma de contestar a todas las dudas.

-¿Quiénes son los destinatarios de este libro?

-En España hay 150.000 divorcios al año, así que ahí tenemos 300.000 personas sufriendo, además de sus hijos. Pero no solo ellos sufren, sino también desde los abuelos hasta los cuñados, pasando por los propios amigos de la pareja. Acaba afectando a toda la familia.

-¿Por qué considera que la custodia monoparental es machista?

-Creo que perpetúa actitudes machistas. Tenía su sentido cuando se aprobó la Ley del Divorcio hace treinta años, porque la mujer estaba en casa y no trabajaba, era otra vida y otra sociedad. Podía tener un sentido, aunque sigo defendiendo que los niños siempre necesitan a su padre. Ahora la sociedad ha cambiado y las mujeres no pueden seguir asumiendo en solitario todas esas obligaciones, que son un privilegio, pero también conlleva mucha logística y carga, mientras que el hombre lo único que hace es visitar de vez en cuando a sus hijos y pasar un rato con los niños. Eso no es igualdad, sino todo lo contrario.

-¿La custodia compartida responde, en cierto sentido, a ese cambio social?

-Hay que evolucionar, si lo hace la sociedad, también lo tienen que hacer las leyes y las actitudes. Si las parejas de hoy en día comparten las responsabilidades como padres y existe una igualdad, no tiene por qué romperse cuando hay un divorcio. Tiene que seguir exactamente igual. Pero, sobre todo, se trata de un derecho de los niños, porque necesitan a su padre y a su madre por igual, las dos referencias y los dos modelos. Porque por muy iguales que seamos en derechos y capacidades, no lo somos en sensibilidades y formas de actuar y eso enriquece a los niños, que necesitan a los dos para su normal desarrollo.

-¿Cómo está este tema regulado en España?

-Ahora lo que hay es un verdadero lío, no existe una ley común para todo el territorio nacional. En 2005 se habló por primera vez de la custodia compartida, pero solo la pone como opción, no como preferente. Después, cada comunidad autónoma ha empezado a legislar a su manera. Creo que se necesita una ley nacional que hable sobre la custodia compartida como primera opción, como algo obligatorio, porque es lo más natural. Y dejar la custodia monoparental para casos excepcionales.

-¿Cuáles serían esos casos?

-Ahí nos metemos en un terreno más complicado, por ejemplo el de los malos tratos. A una persona maltratadora o con graves problemas psicológicos de violencia no se le puede dar una custodia. Este argumento, lógico y natural, se está utilizando muy mal por la ley de violencia de género que tenemos, que defiende a la mujer, pero no al hombre. Y, desgraciadamente, muchas mujeres se han aprovechado de ello, con el posterior perjuicio para sus hijos y sus ex parejas. Con los malos tratos no se juega, sobre todo, por las propias maltratadas.

-¿Qué opina de aquellos que opinan que esta custodia no es beneficiosa para los niños por el cambio continuo de hogar?

-Hay muchas formas de aplicar la custodia compartida. Yo, por ejemplo, la tengo semanal, además de los quince días de vacaciones en verano. Aunque parezca extraño, es todavía más extraño vivir con tu madre e ir cada quince días a casa de tu padre, un lugar que no conoces de nada y donde no te da tiempo a adaptarte. Ahí sí que son «niños maleta», porque no tienen nada en casa del progenitor que no es custodio.

-¿Qué consejos daría desde su experiencia con respecto a la custodia compartida?

-Ante todo hay que tener buena voluntad y mucha madurez, porque al final parece que los niños pequeños son los padres con tanta pelea, sin saber perdonar o pasar página. Un divorcio no tiene por qué ser una tragedia, hay que asumir lo que te pasa en la vida con un poco de madurez y pensar sobre todo en los que están más indefensos, que son los menores.

Madrid, 1969

Sobrina de la escritora Carmen Laforet, estudió Historia en la Universidad Complutense de Madrid. Madre de dos hijos, desarrolla su actividad profesional en el Ministerio de Cultura, en el departamento de Cooperación Internacional. En el mundo literario ha recibido diversos premios de relato corto, como el Premio Carmen Conde de Relato, además de ser finalista en el Premio Ana María Matute. Escribe artículos y es colaboradora en varios programas de radio. Además, en coautora del ensayo «El buen adiós: cómo mirar serenamente al final de la vida (2009) y del libro «Con la vida en los talones: historias de coraje y superación (2010). Su último trabajo es «Amores compartidos», sobre la custodia compartida. En la actualidad, está terminando su primera novela.