Con buenas perspectivas, desde luego más optimistas que las del pasado año, mejoradas además por la aparición de la lluvia, comenzó la temporada de caza menor en Zamora, que se prolongará hasta el último domingo de enero para alegría de los 14.000 poseedores de licencia para practicar el arte cinegético. Galgueros y escopeteros disfrutaron de la primera jornada de caza, allí donde los cotos abrieron, y aunque el agua obligó en ocasiones a recortar la jornada cinegética, se vieron piezas, hubo capturas para muchos aficionados y, en ocasiones, se logró llegar al cupo permitido por una correcta gestión cinegética. Es el panorama general de una temporada en la que como siempre, perdiz, conejo y liebre, sobre todo esta última para los galgueros, son las especies más codiciadas, sin despreciar el resto para las que se abre la campaña: zorro, codorniz, faisán, becada, tórtola común, paloma, estornino pinto, zorzal, urraca, y corneja, más las acuáticas ánsar, ánade, pato cuchara, cerceta común, pato colorado, porrón, focha común, avefría, y agachadiza.

El delegado de Caza de Zamora, José Antonio Prada significaba que la gran mayoría de pueblos de la Guareña todavía no abrieron para pediz, pero se ha visto una buena densidad de ejemplares, lo que significa que «han criado muy bien». Por lo que ha podido ver personalmente y comentar con distintos responsables de cotos y cuadrillas de cazadores «hay bastante conejo», una vez superada la mixomatosis de hace un mes. La densidad de liebres es «aceptable, los galgueros han podido correr la liebre». Como el resto de cazadores consultados, Prada aplaude la llegada de la lluvia, precisamente el primer día de la temporada: «Mitiga un poco la necesidad de agua que tenemos en el campo y también viene bien para la caza, porque el terreno estaba mal para los galgos».

Y precisamente un galguero, Lorenzo Masero, que preside la Asociación Regional de Galgo Español también confirmaba las buenas perspectivas, tanto en el pueblo donde estuvo en esta primera jornada, Gallegos del Pan, como en los alrededores. «Hemos cazado y comparado con estos años de atrás se han visto más muestras». El agua ha venido bien tanto para los galgos, obligados a trabajar en condiciones poco óptimas de calor, polvo y terreno duro, como para la liebre y la perdiz, con problemas ya por la prolongada sequía; «casi las podías coger con la mano». Recomienda «ir con cuidado porque hay mucha liebre nueva, que no tiene defensa ante un galgo hecho».

Tomás Yanes señalaba, en la zona de los valles de Benavente y Sierra de Carpurias que la lluvia ha hecho acortar la jornada cinegética a los cazadores, un agua que agradece porque supone «una mejor defensa para la caza menor», lo que va a favor también del aficionado, al que le gusta un poquito de dificultad en la captura. También es positivo para los perros, ya que los galgos también sufren con el calor y el exceso de sequedad del terreno. Aunque Yanes advierte que aún es pronto, prevé buenas perspectivas en perdiz y liebre y algo más flojas en conejo, que estaría aún sobreponiéndose de la mixomatosis.

También encuentra motivos para el optimismo Luis Martínez Lorenzo, el presidente del coto de Toro, quien certificaba que «hay gente que ha capturado el cupo. Y en general, los cazadores se han divertido», con perchas que incluían varios ejemplares de perdiz y conejo. Aunque, señalaba, «esto es como todo; hay 50 que matan y el resto vamos prácticamente a comer el almuerzo», significando de esta manera que además de tirar a algún que otro animal, muchas personas lo que buscan es el contacto con la naturaleza y la cuadrilla de amigos. Recomendó ajustarse a los cupos establecidos.