Las inmaculadas fachadas de nuevos establecimientos y viviendas son un reclamo irresistible para prácticas vandálicas en la ciudad en forma de pintadas que echan al traste la estética del inmueble. Lo saben los vecinos de muchas comunidades y negocios y, especialmente, la firma Sanigest, ubicada en la ronda de la Feria. Cuando en 2005 sus responsables estaban «cansados» de borrar estas molestas ilustraciones, optaron por un arriesgado y original «contraataque». La firma contrató a un grafitero para que decorara la fachada y así evitar nuevos problemas.

«Quienes hacen las pintadas respetan los gratifis y es la mejor manera de proteger los establecimientos contra la gente que las hace», explica Javier Ferrero, responsable de la empresa. Por aquel entonces, el dibujo elegido estaba libremente inspirado en el entorno del establecimiento, ubicado junto a un lienzo de muralla. Un diseño basado en un muro de piedras acompañado de vegetación que llamó la atención de los zamoranos, pero que no acabó de convencer del todo a Ferrero.

Con aquella experiencia anterior, el responsable de Sanigest decidió retomar la idea. Volvió a contar «con el mejor grafitero de Zamora» para rehacer el diseño y conseguir una mayor integración junto a la Muralla, uno de los símbolos de la ciudad. El elegido, Alejandro Pérez, se puso manos a la obra hace varias semanas, con la firme intención de «confundir» la fachada del establecimiento y que pasara desapercibida y, al mismo tiempo, que llamara la atención de una forma silenciosa.

El resultado lo han ido comprobando los propios zamoranos durante las tres semanas que ha durado el trabajo, en el que Alejandro Pérez ha empleado más de 400 botes de pintura. En el friso inferior, el grafitero ha optado por prolongar la peña que sostiene la fortificación, mientras que la franja que va encima hace que las piedras de la muralla continúen, como si no se acabara.

La impronta final ha hecho que «mucha gente nos haya felicitado ya», reconoce orgulloso Ferrero. Porque, lejos de crear controversia, su apuesta pone en valor «una obra de arte», satisfecho con el resultado definitivo. De ahí que recomiende a otros establecimientos hacer lo propio. Es la mejor solución contra la acción de los vándalos.

Los detalles

Un grafiti que se hace respetar

Los responsables de la iniciativa sostienen que los responsables de las molestas pintadas respetan el trabajo de los grafiteros, de ahí que el diseño sea un «escudo».

Tres semanas de trabajos

Con la ayuda de una grúa y una elevada cantidad de pintura, el diseño ha conseguido «confundir» la fachada de la empresa en el entorno, gobernado por la muralla.