La reubicación en el centro de la plaza de la figura de Viriato como estuvo hasta la última remodelación del espacio, tal y como propone el escultor Ricardo Flecha con motivo del centenario de la muerte de Eduardo Barrón, choca con el inconveniente del coste de las obras. Y es que el Ayuntamiento de Zamora desestima el cambio «por motivos económicos». Así lo ha manifestado el concejal Urbanismo Feliciano Fernández que indica que «no es un momento muy adecuado para hacer obras de urbanización de algo que está perfectamente en estos momentos». No obstante, el edil asegura que «estamos abiertos a escuchar todas las propuestas para poner en valor la escultura» al tiempo que señala: «Con una nueva iluminación quizá se realzaría la belleza de la pieza sin peligrar la rentabilidad social de una plaza tan céntrica».

Por su parte, el titular de Cultura, Francisco Javier González, subraya que «hasta el momento no ha llegado ninguna petición ni formal ni informal al Ayuntamiento» sobre el cambio de situación de la escultura. Apunta que «su retirada sería un proceso delicado que deben de hacer expertos, lo que conllevaría un gasto para las arcas municipales al igual que la situación de una nueva peana». «El problema es fundamentalmente económico», remarca.

Respecto a la restauración del conjunto emblemático de la ciudad, como demandan los descendientes del artista, el concejal de Cultura asegura que «no nos han transmitido nada» y recuerda que el cambio también afectaría al Miserere, dado que el espacio alberga todos los Jueves Santos el canto del Miserere.

Desde la Penitente Hermandad de Jesús Yacente, su presidente, Dionisio Alba, asegura que «en tiempos la escultura estuvo en el centro y hacíamos el canto igual. El posible cambio no nos afectaría y la cofradía nada tiene que decir».

Por otro lado, el arquitecto José María García de Acilu alaba la iniciativa del escultor Ricardo Flecha. «Creo que una propuesta que habría que estudiar, aunque está claro que no son los mejores momentos económicos», dice a la par que afirma: «En los años 70 se movió la escultura por moda como consecuencia del cambio de ubicación la escultura de Colón en Madrid». «La misma estructura de la plaza y la plantación de los árboles prosigue como al inicio de la plaza», enfatiza. Entre las ventajas asociadas a la reubicación en el centro del ágora Acilu señala «la dignificación del espacio porque la situaron en la esquina menos frecuentada», y, en última instancia, «es una manera de poner en valor una de las mejores esculturas que tiene la ciudad de Zamora». En cuanto al coste «no sería muy elevado y habría que tener cuidado a la hora de mover la figura».

El arquitecto también defiende que habría que modificar la instalación de otras esculturas como «la de Pablo Murillo, que debería de situarse en un lugar más importante de la ciudad, o incluso la de Ignacio Sardá y el monolito de Coomonte» y reflexiona: «Zamora tiene una asignatura pendiente con la ubicación de las esculturas, situadas un poco al azar», puesto que «en otras ciudades en las plazas más importantes sitúan esculturas o conjuntos artísticos».

En otro orden de cosas, el concejal de Cultura, Francisco Javier González, interpelado por la organización de actos conmemorativos de la defunción de Eduardo Barrón, señala que «en Cultura hay serios recortes», sin entrar a valorar más el asunto. Por el momento varias han sido las conferencias impartidas sobre el artista, autor de «Nerón y Séneca» en Madrid, donde el próximo 23 de noviembre le tributarán un homenaje en el cementerio de San Isidro.