Susana Arizaga

El número de delitos contra la Ley de Seguridad Vial se incrementó en un 14,4%, lo que no significa que los zamoranos sean menos cumplidores con la normativa vigente, sino que el control policial sobre dichos delitos es cada vez mayor, explican fuentes judiciales al analizar los resultados del año pasado. Y de entre esas infracciones, las más comunes están relacionadas con la conducción bajo los efectos del alcohol y drogas, que suponen casi la mitad de las que se tramitaron en los juzgados de la provincia a lo largo de 2010, que sumaron 167 en total.

Los procedimientos judiciales por denuncias relativas a estas ilegalidades que hasta hace unos años eran sólo infracciones administrativas (es decir, se saldaban con una multa) continúan la tónica ascendente, de hecho una tercera parte del trabajo de la Fiscalía se corresponde con la investigación de tales delitos, concentrados en siete artículos de los 639 que recoge el Código Penal sobre delitos de Seguridad Vial.

Aunque el salto en la concienciación entre los conductores para evitar infringir la legislación al ponerse al volante ha sido espectacular, no son pocos los que continúan arriesgándose por circular sin el perceptivo permiso. Así lo demuestra el que las personas detenidas por esta causa fueran un 64,1% más que en los doce meses precedentes. Muchos de los arrestados, se podría decir que una buena parte, habían perdido el carné por sentencia judicial, tras cometer otro delito que conllevaba la retirada del mismo. También están los casos de los conductores que gastaron todos sus puntos, aunque muchos menos, puesto que desde que entró en vigor hace cinco años sólo 312 zamoranos dejaron a cero su licencia.

La conducción temeraria creció un 16,7%, con catorce casos frente a los 12 que se registraron en 2009. Los agentes de tráfico denunciaron a tres personas por circular con desprecio por la vida de otras, lo que se denomina popularmente como «camicaces». Respecto a las diligencias abiertas contra quienes transitaban con sus vehículos a una velocidad superior a la permitida sólo llegó a los juzgados un caso; y otro más por crear riesgos para la circulación en general. A pesar de esa subida de infracciones penales, la reforma de la Ley aprobada en 2006 para introducir el permiso de conducir por puntos ha supuesto «una revolución auténtica», explican las mismas fuentes, ya que ha llevado a que «la sociedad deje de tener una percepción de que delitos como conducir bajo los efectos del alcohol eran menores» y en la actualidad existe una reprobación social hacia esos comportamientos.