Una campaña informativa y de recogida de firmas, a partir del próximo martes a las puertas de los centros hospitalarios zamoranos y una posterior concentración o manifestación, aún sin fecha, son las acciones acordadas por la Junta de Personal de Sacyl para protestar por el cierre definitivo de la Unidad de Cuidados Intermedios (UCI) del Hospital Provincial y la clausura veraniega, durante julio, agosto y septiembre de la cuarta planta del mismo centro.

El presidente de la Junta de Personal, Agustín León Lucas, de Comisiones Obreras, acompañado por el resto de representantes sindicales comparecieron ante los medios de comunicación tras una reunión mantenida con el gerente del Área de Salud de Zamora, Jerónimo García Bermejo, para trasladar su «rechazo» a los cierres, porque suponen un «recorte de servicios sanitarios solamente justificado por razones económicas».

Los sindicatos entienden que el servicio de la UCI es «básico para dar la atención sanitaria con suficientes garantías. Ante la necesidad de una atención urgente entendemos que los pacientes tienen que ser trasladados a la UCI del hospital "Virgen de la Concha" con el riesgo que ello supone. Con esta medida los pacientes del Hospital Provincial no tienen la misma garantía de asistencia con respecto a los del "Virgen de la Concha". No sería de extrañar que a partir de este cierre los pacientes quisieran ser ingresados en el "Virgen de la Concha", aunque no se les da a elegir por parte de Sacyl». El presidente de la Junta de Personal señaló que «se quebranta el derecho a la equidad sanitaria», al no disponer todos los pacientes de los mismos servicios.

Los sindicalistas expresaron su «rotunda disconformidad con el cierre de la UCI por criterios económicos cuando Sacyl por otro lado está externalizando prestaciones a la sanidad privada. ¿Es esto un proceso imparable a la privatización del sistema público?». Señalaron incluso que la sanidad pública proporciona una mejor atención que la privada a los pacientes de Sacyl.

Este órgano laboral califica asimismo de «mala gestión» con respecto al personal afectado por el cierre, 21 trabajadores (doce enfermeras, ocho auxiliares y tres celadores), «altamente especializados a los que se podía haber ofertado en un proceso de movilidad las plazas de la UCI del "Virgen de la Concha" y eso no ha sido así, enviando a otros profesionales a los que se tiene que formar». El cierre «implica la supresión de 23 puestos de trabajo y la disminución de las contrataciones por las sustituciones de verano».

El cierre de la cuarta planta también es criticado por los sindicalistas: «No está justificado cierre alguno de ningún servicio porque disminuye las contrataciones de verano y al mismo tiempo va a provocar un incremento de la presión asistencial en otros servicios, que deberían ser reforzados».