Los sindicatos consideran que se están desmantelando servicios del Hospital, entre ellos una UCI perfectamente dotada que se utilizaba para pacientes graves. Además indican que a medio plazo se van a perder 21 puestos de trabajo ya que el personal de la UCI (doce enfermeras, ocho auxiliares y un celador) va a pasar a ocupar otros puestos desempeñados por temporales, que tras el verano se irán a la calle. Los sindicatos critican la actitud del gerente, que prometió poner a su disposición todas las vacantes existentes, cuando en realidad les ha designado las plazas a las que pueden acceder, sin margen prácticamente de maniobra.