La Gerencia del Complejo Asistencial ha decidido cerrar la UCI del Hospital Provincial definitivamente a partir del 1 de julio. El gerente, Rafael López explicó que la medida se enmarca dentro del proceso de reforma y ampliación del Hospital Provincial que conllevará un movimiento de unidades. La intención es ampliar el espacio para oncología médica o cirugía mayor ambulatoria y clausurar la UCI que no es una unidad de cuidados intensivos, porque carece de médicos intensivistas y el equipamiento necesario, sino una unidad de cuidados intermedios o cuidados especiales, a medio camino entre una planta de medicina interna y una UCI propiamente dicha. López indica que al año la unidad, con seis camas, tiene 79 ingresos, «unos siete ingresos al mes» lo que aconseja «dedicar los recursos», un internista, 12 enfermeras y siete técnicos de cuidados de enfermería, a otros fines. Aunque en su día tenía buena dotación, según el gerente en estos momentos el equipamiento es más limitado: «La telemetría o la monitorización ya no funcionan».

Los sindicatos Satse y UGT se mostraron ayer en contra del cierre de un nuevo servicio para los ciudadanos. Jerónimo Cantuche, de UGT, explicó que la UCI se abrió en los años 200-2001, cuando la Junta asume la transferencia del Hospital y no entiende que se cierren servicios para ahorrar cuando se están derivando procesos por 1,6 millones a centros privados. Se pregunta, como Mercedes Gago, de Satse, cómo se va a atender ahora a los pacientes, en el caso por ejemplo de que un paciente de quirófano necesite atención urgente o sufra un infarto. El gerente asegura que cualquiera de estos casos «se tratará como ahora se hace, con el carro de paradas, estabilización del paciente y su ingreso en el servicio adecuado, bien la UCI del Virgen de la Concha o bien la planta de cardiología».

Los sindicatos se quejan también de la pérdida de plantilla en el Complejo Asistencial. Cantuche habla de un «ERE encubierto» de 20 puestos de trabajo y critica, como Gago, que se obligue a trasladarse a estos 20 profesionales cuando acaba de cerrarse un proceso de movilidad interna y apenas tienen plazas. El gerente dice que no hay ningún ERE y los desplazados podrán concurrir a otras plazas.