No sólo no disponía de carné de conducir, si no que además circulaba a una velocidad excesiva y, al divisar a la Guardia Civil en la travesía de Cañizo, aceleró la marcha y los peatones, entre ellos niños, tuvieron que esquivar el turismo para evitar ser atropellados. Sin embargo, la reforma del Código Penal permitió ayer que la pena de un año de cárcel que exigía el Ministerio Fiscal pudiera ser sustituida por el pago de 1.440 euros, por un delito de conducción temeraria.

La sentencia impuesta por el Juzgado de lo Penal, tras llegar a un acuerdo el acusado con el fiscal, también incluye la prohibición de conducir durante seis años. También deberá pagar 360 euros por ponerse al volante sin disponer del permiso y realizar 31 días de trabajos en beneficio de la comunidad.

Esa misma pena se impuso a otro ciudadano que conducía bebido, con una tasa del 0,94 en aire aspirado.