Con el pañuelo en la mano, las lágrimas de emoción no faltaron en un día en el que los abuelos fueron protagonistas indiscutibles en el Corazón de María, y los nietos, los principales responsables de la emoción a duras penas contenida.

El día oficial en el calendario se celebra el 26 de julio, pero para una buena causa no se necesitan excusas, «ha sido una iniciativa que ha partido de la Asociación de Madres y Padres de alumnos (AMPA) del colegio, se planteó y se aprobó por unanimidad», explica Rosa Fraile, integrante del AMPA.

Lejos de ser sujetos pasivos de su celebración, los abuelos subieron al escenario y arrancaron sonrisas y aplausos al auditorio ante el que actuaban (algunos por primera vez), y al que hicieron partícipe de su experiencia y sus ganas de transmitirla en forma de chistes, trucos de magia, leyendas o su arte para tocar la armónica. Una rosa para ellas y un llavero para ellos fue el regalo material que se llevaron para casa, porque el personal se lo llevaron, pero bien bien dentro.

«Ha sido todo un éxito, esperábamos que vinieran al acto alrededor de medio centenar de abuelos, pero al final se han acercado casi doscientos, además de sus nietos», asegura Fraile, que no duda en que «sin duda lo haremos más años».

Con cinco nietos, dos de ellos en el Corazón de María, Concepción Martín no pudo evitar emocionarse cuando tuvo delante los collage que elaboraron para ella y su marido, «tener nietos es una experiencia muy bonita, me encanta lo que han organizado y estamos orgullosos de ellos», se pronuncia Concepción.

También los abuelos de Rubén Prada, de tres añitos, se quedaron sin palabras y con un nudo en la garganta al ver lo que su «pequeño» había dibujado para ellos «vinimos por acompañar al nieto, como hacemos a diario porque sus padres trabajan, y nos hemos sorprendido gratamente», se expresan Paquita Vidal, Ángel Miguel, que no se desprendían del niño de sus ojos, que como buenos abuelos aseguran, «es muy guapo y muy muy bueno».

Nadie como ellos para entender y consentir a sus nietos, y también para actuar de niñeras y niñeros cuando las obligaciones laborales de los hijos así lo requieren. Por eso y por mucho más, la mañana se quedó corta en el Corazón de María para homenajear a los más grandes, tanto por edad como por espíritu.