Tras echar mano de la calculadora, la Cofradía de Jesús Nazareno ha visto un serio impedimento para llevar el grupo escultórico de La Crucifixión a Madrid el próximo mes de agosto, donde está previsto que participe en el Vía Crucis al que asistirá Benedicto XVI. El traslado de la obra de Ramón Álvarez y de la plantilla de cargadores supone un coste «muy elevado» que la Congregación descartar asumir.

El presidente de Jesús Nazareno, Eduardo Pedrero, advierte que llevar a la capital La Crucifixión supone una labor «muy difícil» y «muy costosa». A la complejidad técnica de llevar el conjunto de imágenes hay que sumar el montante económico necesario para hacer efectiva la presencia del paso en la capital española. «Tenemos que pensar en lo que cuesta un transporte de tipo especializado para el grupo escultórico. A eso hay que sumar el traslado de unas 200 personas, que también tendrán que comer y quién sabe si quedarse a dormir...», analiza el responsable de la Congregación, quien admite que «no sé nada desde que un grupo de personas de la organización estuvo aquí el pasado mes de julio».

De las palabras de Pedrero se deduce que, hasta la fecha, ni la organización ni el propio Obispado han confirmado que hay una partida económica para cubrir los aspectos de logística. «La cantidad que se necesita es elevada y lo primero es realizar un presupuesto», expresa el ex presidente de la Junta Pro Semana Santa. «Si Zamora quiere tener La Crucifixión en Madrid, tendrá que hacerlo posible», añade.

Aunque faltan más de seis meses para la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud —del 16 al 21 de agosto—, en la cofradía creen que el tiempo apremia y que los distintos aspectos organizativos, como el caso del coste económico, deberían estar ya resueltos. De ahí que animen a las diferentes instituciones a dar un paso al frente para que la Semana Santa local esté representada en el Vía Crucis que surcará el centro de Madrid el próximo 29 de agosto. Asimismo, la responsabilidad de hacer realidad la presencia del grupo escultórico de Ramón Álvarez descansa en el propio Obispado, que tiene en Miguel Ángel Hernández el interlocutor con las cofradías. A la Congregación le compete llevar a hombros La Crucifixión desde la plaza de Cibeles hasta la de Colón. «Lo que es seguro es que son los hermanos de la cofradía quienes van a cargar el paso», concluye Eduardo Pedrero.

Benedicto XVI

Madrid acogerá, pues, el citado Vía Crucis, uno de los actos centrales de la JMJ, en la que estaba prevista la presencia de otros 13 grupos escultóricos de todo el país, a los que está previsto que se sumen otros pasos y cofradías. En el encuentro estará Benedicto XVI y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón lo ha definido como un evento «de primer orden». A tal fin, Zamora dará alojamiento a unos 1.500 peregrinos, venidos de toda Europa.

Por otro lado, varios hermanos de la cofradía participan desde hoy en el IV Congreso Nacional de Cofradías bajo la advocación de Jesús Nazareno, que se desarrolla hasta el próximo domingo en León, con la organización de la hermandad del Dulce Nombre.