Por eso la muerte y la enfermedad no se anduvieron con remilgos cuando decidieron ir a por él. Sabían que enfrente tenían a un duro rival y sólo les quedó como recurso atacar a traición. Pero no pueden cantar victoria: Pepe les plantó cara y las despreció en la recta final, una recta demasiado rápida, un sprint cruel que él, corredor de fondo, afrontó con valentía y franqueza.

Tenía 64 años. Y sabía mucho de las malas jugadas de la vida y sus crueles paradojas. No le faltaba ironía, como cuando relataba lo de aquel pariente suyo que por expiar veleidades políticas se alistó en la División Azul con fatídico resultado. Tenía la sonrisa siempre a punto para quien apreciaba de verdad. Y genio, como el que sacaba a relucir en los conflictos laborales que le tocó torear durante los años en que ejerció de concejal de Personal del Ayuntamiento de Zamora. Su aventura política, tardía, no le granjeó muchos éxitos mediáticos, más bien disgustos, compensados con amistades forjadas en horas bajas, que son las que duran. Fue hombre vital, honesto y consecuente. Virtudes escasas no siempre apreciadas, que él adornaba con socarronería y un poco de mala leche. Dicen que te vas, Pepe, ligero de equipaje. Supiste hacer bien las maletas de tu vida y aseguraste los candados antes de partir. No hace falta desearte que la tierra te sea leve, porque no hay tierra que cubra el cariño que tan generosamente repartiste. Fuiste amigo de tus amigos en esta vida que, como decía ayer el capellán de tu funeral en Lourdes, se nos escapa como arena entre los dedos. Descansa ahora, arrullado en el sueño eterno junto a tus padres. Descansa en paz.

Cientos de personas acudieron ayer al funeral por José Nogueira García, concejal de Cubillos y ex concejal del Ayuntamiento de Zamora por el PP, fallecido a los 64 años de edad. Entre las autoridades se encontraban los consejeros de Interior y de Administración Autonómica, así como numerosas personalidades de la política provincial y de la banca.