Especialista en asuntos tan emergentes como la sostenibilidad, la ecología o las energías alternativas, Jesús Manuel Sáez recorre la región para presentar el libro «Consumo y salud», que acaba de editar Caja España, en cuyas oficinas se puede adquirir el volumen. Su conclusión es que «vale la pena hacer un esfuerzo por adoptar una dieta equilibrada para alcanzar una mayor calidad de vida».

-¿Cuál es el objetivo del libro «Consumo y salud»?

-Facilitar recursos a los lectores para que sepan que hay alternativas a las cosas que normalmente hacemos mal en nuestros hábitos diarios de consumo. Son aspectos como el etiquetado o la telefonía móvil a los que no les prestamos atención y la gente lo deja correr.

-En la rutina diaria de la compra, ¿hacemos muchas cosas mal?

-Lo principal que se hace mal es ir con prisas, porque no puedes leer los contenidos o comparar los productos. Todo el mundo sabe que dedicamos mucho más tiempo a elegir el coche que a hacer la compra, y es por una cuestión de prestigio social que los alimentos parecen no tener.

-Hoy por hoy, resulta complejo comprender el etiquetado, ¿verdad?

-Sí, porque además la normativa del etiquetado, que está en el libro, es compleja, y hay una nomenclatura que los propios fabricantes utilizan para confundir en función de sus estrategias. Además, hay tantos componentes en algunos productos, como los cosméticos, que es complicado entenderlos.

-Ponga ejemplos de productos especialmente nocivos para la salud.

-En general, prácticamente todo tiene un riesgo salvo los alimentos ecológicos. A veces voy a una gran superficie, y digo esto no y esto tampoco: salsas, conservas, refrescos... Todos tienen componentes sospechosos o están mal etiquetados.

-¿Dónde hay un mayor riesgo?

-El riesgo es tan relativo como que los alimentos le afectan a cada persona de manera diferente. También es muy importante el uso que se haga del producto. Al final, es la combinación de varios factores lo que puede generar una enfermedad. Fuera del ámbito de los alimentos, puede haber problemas en el uso de los teléfonos móviles, los hornos microondas o el wifi...

-¿El wifi es malo?

-Son campos electromagnéticos, como los teléfonos móviles, de distinto tipo, pero que también inciden en el campo cerebral.

-¿Qué hay de la batalla publicitaria alrededor del término «bio»?

-Todas las marcas que inicialmente se llamaban «bio», tuvieron que abandonar una denominación que quedaba para los ecológicos. Otra cosa son los alimentos funcionales, que yo considero un engaño porque todos los productos tienen una función y algunos van mejor para unas cosas que para otras. Por ejemplo, en el caso de la leche, pagamos por más calcio del que podemos asimilar.

-Lo cual demuestra que somos vulnerables frente a los fabricantes...

-Nos dejamos engañar con mucha facilidad y los publicistas saben muy bien con qué armas juegan.

-¿Cuál sería la conclusión tras escribir este libro?

-Que debemos esforzarnos en tener información de los productos que consumimos y crear una dieta equilibrada que nos va a ayudar a mantener una mejor calidad de vida a largo plazo.

Burgos, 1964

Jesús Manuel Sáez ha realizado estudios de Derecho y está especializado en temas como la sostenibilidad o la ecología y ha participado en proyectos de bioconstrucción y salud ambiental. En la actualidad, coordina el proyecto «Red Consciente», en el que están inmersos profesionales de la salud para el desarrollo de programas de formación. También es miembro de la Asociación Castellano-Leonesa de Educadores Ambientales (RED), socio de la Asociación de Estudios Geobiológicos (GEA), una ONG dedicada a la difusión y formación en geobiología, radiestesia, formas de vida responsable y otras materias relacionadas con la salud.