Lobos y ciervos, como los vistos recientemente frente a Carrascal, han llegado ya al término municipal de la capital, uno de los más grandes de la provincia, ya que va desde Coreses hasta el embalse de Ricobayo, con 15.000 hectáreas, tal y como señalaron Mariano Rodríguez Alonso y Pablo Santos Redín, técnicos de espacios naturales y especies protegidas de la Junta de Castilla y León, en el transcurso de las jornadas sobre «Parajes naturales de Zamora», del ciclo «Hablando el verde» organizado por la Concejalía de Medio Ambiente.

Zamora tiene alrededor de 180 especies de vertebrados, entre los que se encuentra una en peligro de extinción, la cigüeña negra, que no anida en el término, pero sí campea por él para buscar alimento, y de hecho «es sencillísimo verla apenas a dos o tres kilómetros del casco urbano», relataron los técnicos. Además, una parte del término está incluida en la zona de importancia para el hábitat de la cigüeña negra.

La franja de 25 metros en torno a las orillas del río Duero, desde Toro hasta la desembocadura del Valderaduey está protegida por Europa, como lugar de importancia comunitaria.

De las 180 especies de Zamora las más numerosas son las aves. Destacan, además de la ya mencionada cigüeña negra, una especie vulnerable, el aguilucho cenizo, que vive en la zona de campiña, de cereal de secano. Típicamente esteparia es otra especie de interés conservacionista, el alcaraván. En el entorno de río y ribera, la más destacable es el avetorillo, una pequeña garza que se alimenta de pececillos y vive sobre todo en la capital. Tiene hábitos crepusculares y vive ligada a los carrizales. Garza imperial, garza real y otro tipo de garza de tamaño intermedio, el martinete son habituales en Zamora. Las aves blancas que tanto llaman la atención en las cercanías del río son las gracillas boyeras, que tienen un dormidero cerca del puente de la autovía, señaló Santos. Se alimentan en pastizales, en torno al ganado y los insectos que levanta a su paso.

Entre los mamíferos, además de especies conocidas como la liebre o el conejo destaca el mencionado aviamiento de animales como los jabalíes, lobos o ciervos.

Si Pablo Santos se ocupó en su intervención sobre todo de la fauna, Mariano Rodríguez se centró en los paisajes de Zamora, muy variados debido a la extensión del término. Además de los ecosistemas ligados al río Duero, protegidos por Europa, destacan los quejigales que creen las cercanías del embalse del Esla, hasta donde llega el término municipal. Hay también bosques de encina, con repoblaciones de pinos, como vestigios de vegetación arbórea. En cuanto a vegetación, «lo que tiene a nivel europeo más importancia son los pastizales y roquedos donde encuentran algunas especies de plantas vulnerables sus últimos reductos».

«La gente relaciona Zamora con la ciudad. No se da cuenta de las dimensiones del municipio y tampoco se conoce demasiado que tiene espacios naturales protegidos a nivel europeo», subrayó Rodríguez. En las jornadas intervino también Sonia Rego, pedagoga especializada en educación ambiental y encargada de presentar la «Agenda 21 local» en la que se enmarcan este tipo de charlas divulgativas.

Además de las conferencias de ayer, para la mañana de hoy está programada una interesante visita al bosque de Valorio para realizar un recorrido interpretativo de la mano de Alberto Serrano Jiménez, ingeniero de montes y técnico en educación ambiental de la Asociación Waves. Los interesados conocerán los detalles de las especies vegetales del bosque, así como su historia y evolución. Un autobús saldrá a las 11.15 horas junto al edificio de Cultura.