Con el compromiso firme de mejorar el nivel educativo de la Comunidad, tranquilo en las formas y contundente en sus expresiones, Juan José Mateos es consciente de lo complicado de su cargo y de las dificultades que se desgranan del funcionamiento educativo en el día a día. Mira con optimismo el futuro y confía en una firme y constante mejora de los proyectos formativos de los que es responsable.

—El comienzo de este curso no ha tenido protagonistas indiscutibles como la gripe «A» el pasado año. ¿Cómo lo ha vivido?

—El curso ha empezado con absoluta normalidad. Castilla y León es una región muy amplia, en la que la educación mueve 400.000 personas, incluidos los 350.000 niños, y esa complejidad hace que el inicio de curso tenga sus complicaciones, aún así este año me encuentro muy satisfecho. Ha habido incidencias mínimas que hemos corregido de forma inmediata porque hemos estado muy atentos a todo el proceso. El año pasado fue la gripe A, pero este nada ha eclipsado la importancia de la vuelta a las clases.

—Sin embargo, las reivindicaciones llegan de la mano del recorte en los presupuestos con la consiguiente disminución de docentes en las aulas. ¿Qué hay de cierto en esto?

—Lo cierto es que en el curso que estamos iniciando hay más profesores. 79 más en Castilla y León y cinco más en Zamora. Los que dicen que hay menos no están en lo cierto. Se han incrementado los recursos humanos en función de las necesidades del propio sistema, y en Zamora, que se han perdido 312 alumnos¬, es un ejemplo de que han aumentado los docentes. En un momento de unas dificultades enormes, que hayamos apostado por los recursos humanos demuestra la importancia que damos a la educación.

—Desde los sindicatos educativos destacan que en Castilla y León se ha «congelado» el programa de ayudas a formación del profesorado. ¿Se han dejado de ofertar cursos?

—De momento no hemos congelado nada. El curso se ha iniciado con el presupuesto de 2010 y estamos ahora elaborando el de 2011, así que vamos a ver lo que sucede, porque de momento no tenemos ni los datos contables que vamos a manejar. Lo que sí está claro es que la formación de los profesores se va incrementando. La diferencia que hay es que esa formación no se hace ahora sólo en los CFIES, sino también en los centros. Llevamos dos años cambiando el procedimiento de formación a los docentes, y si uno suma los cursos, ahora hay más oferta y más horas.

—¿Funciona mejor ahora enfocada desde los centros educativos?

—Ni mejor ni peor, pero la formación en los centros se aproxima más a la realidad y se hace más de acuerdo con las necesidades que tienen los centros educativos. En los CFIES la formación se hace de forma más especializada y en el centro se aproxima a los profesores y a la realidad de cada centro. También se hace en las universidades porque en algunas de las facetas consideramos que la universidad tiene más posibilidades de formar a los profesores escolares que si no lo hiciéramos con ellos. A mi modo de ver estamos utilizando todos los recursos de los que en este momento dispone la comunidad para la formación del profesorado.

—28 centros se suman este curso en la provincia al programa Red XXI que facilita un portátil a cada alumno de 5º y 6º de Primaria, y en 2013 todas las aulas deberían estar digitalizadas. ¿Se llegará en tiempo y forma?

—Estamos cumpliendo los objetivos, porque además tenemos tres año por delante. Los pasos que hemos dado son claros y decididos, pero una vez más el presupuesto va a marcar el ritmo de la implantación de un proyecto muy ambicioso como es este, y que no ha hecho más que empezar. Si el presupuesto lo permite se conseguirá seguro.

—¿Es una prioridad de la Consejería?

—Es una prioridad, pero hay muchas. Si me dices si es lo más importante, pues no. Lo más importante son las clases y el día a día. Luego importante están los idiomas, y si me dices otra cosa esta la tecnología y la formación en TIC´s. Esta importancia no determina que unas cosas vayan antes que otras, sino que la organización del proyecto educativo de la región es que estos programas que se han ido incorporando se van desarrollando prácticamente a la par. Otra cosa es que el presupuesto, que tendremos en unos días, y que decidirá la velocidad de cada uno de los proyectos.

—¿Cómo van los trámites de la implantación de la Fundación Ortega y Gasset en la capital?

—La parte de negociación de la Ortega y Gasset está prácticamente finalizada y me consta que en positivo. La Consejería ha cumplido al cien por cien sus compromisos de entablar negociaciones entre el Ayuntamiento, la Universidad de Salamanca y la Fundación, y en breve tomará forma el convenio que se suscribe con la próxima firma.

—¿Una fecha?

—Eso ya no depende de la Consejería. Pero será pronto.

—¿Podría apostar la capital por convertirse en un enclave de referencia para el aprendizaje de español para extranjeros?

—Más que eso, porque además estaríamos muy honrados si alguno de esos proyectos que están pensados se hicieran en colaboración con el resto de universidades de la región. Este es un aspecto que engrandecería no solo a la universidad de Salamanca, sino a la propia Fundación y sin duda a Zamora.

—¿Ya se han mantenido conversaciones en este sentido?

—Me consta que otras universidades están encantadas de participar en futuros proyectos. Nosotros hemos empezado con la lógica de que sea Salamanca la que propicie el acuerdo, luego vendrán las demás. Desde la Fundación de Universidades de Castilla y León veríamos con muy buenos ojos el desarrollo de esos proyectos con la Fundación. Esto para Zamora es un hito importante, pero lo primero es lo primero y una vez que esto se ponga en marcha pasaremos a la segunda fase, que es muy interesante pero a mí me gusta ir paso a paso.

—Salamanca está a las puertas de conseguir el sello de Campus de la Excelencia. ¿Cómo influirá esta distinción en el Campus zamorano?

—Es un prestigio enorme, y mejora el conjunto de la Universidad. En Zamora se abren unas posibilidades enormes en el campo de la lengua y el aprendizaje del español, algo que va unido a la Fundación Ortega y Gasset. También saldrá muy beneficiado el eje biosanitario, que desarrollará sus competencias en el Hospital de Zamora. Es muy buena noticia.

—¿Para cuándo la confirmación formal?

—Salamanca ha pasado el primer corte y está muy bien posicionada para ser uno de esos Campus de Excelencia de España. Si todo va como lo tenemos pensado, a finales de octubre , el día 19, la Comunidad tendrá un Campus de Excelencia.

—Enfermería en Zamora lleva años esperando un nuevo edificio ¿Entra en las previsiones de la Junta financiar unas instalaciones adecuadas?

—Hay que ir paso a paso. Lo primero que hemos hecho en relación con la Escuela en Zamora es ayudarles a conseguir que pasara su evaluación para tener los estudios oficiales. Lo segundo, soy conocedor de las deficiencias en el edificio y estamos propiciando en que en algún momento, dos, tres, cuatros, años… la Escuela tendrá el edificio que merece. Estamos trabajando con el sistema sanitario para que el edificio este en el ámbito del propio hospital, es decir en el propio recinto hospitalario, porque siempre hemos defendido que los ámbitos educativos es muy importante que se relacionen con los ámbitos profesionales, porque en definitiva eso es Bolonia. Además es a la Universidad a la que le corresponde decidir la prioridad de lo que quiere construir, y así lo está planteando y trabajando en ello. Cuando lo crea oportuno nos hará llegar el proyecto y le pondremos fecha.

—También los alumnos y profesores del Conservatorio reclaman cada año un lugar en el que desarrollar con garantías su especialización

—Habrá un nuevo edificio, pero no puedo concretar cuando y para este curso no está previsto.. La consejería conoce la necesidad y que es positivo para Zamora y para el desarrollo de las enseñanzas artísticas, pero aún no tiene fecha, ni financiación, ni entidad física.

—La nueva selectividad no ha gustado a las autoridades académicas que la consideran injusta respecto a los baremos de otras comunidades. ¿Hay negociaciones abiertas en este sentido para unificar la prueba en toda España?

—Soy conocedor de las dificultades del proceso de Selectividad, pero tengo que decir que ha salido muy bien, se han desarrollado muy bien todos los mecanismos técnicos a pesar de las novedades. Los resultados objetivos de junio han sido buenos, dos puntos más altos de aprobados que la media nacional, mejores incluso que los años anteriores. Cuando tengamos los datos de septiembre le pediré al director de general de Universidades y al sistema universitario, que haga un análisis exacto del resultado de las pruebas. Si resulta que Castilla y León ha sido más exigente, y eso hace que los alumnos tengan peores notas y les repercute a la hora de elegir una carrera, tendremos que hacer llegar al Ministerio de Educación nuestra inconformidad por la falta de rigor que nosotros sí tenemos, pero que los demás no.

—El bilingüismo despierta casi tantos adeptos como detractores. ¿Se está llegando a los niveles que se pretendían alcanzar?

—Yo fui un estudiante de bachillerato que aprendí un idioma y la aprendí muy mal. Nosotros lo que estamos propiciando es que los niños aprendan un idioma pero no en la clase de inglés, sino en matemáticas, geografía, etc. Lo hemos puesto por etapas y ha ido creciendo, con dificultades, claro, y la mayor está en la preparación del profesorado, porque no se les exige en su periodo de formación y en la selección que conozca un idioma extranjero, por lo tanto unos lo tienen y otros no. Hay un gran confort en la comunidad educativa con el desarrollo del bilingüismo y en las encuestas el grado de satisfacción de los padres es muy alto. Estoy trabajando para que sea de la mayor calidad posible.

—¿Los profesores se están poniendo las pilas con los idiomas?

—A mí me consta que los profesores están muy interesados en aprender idiomas y nosotros estamos contribuyendo a la formación de los profesores para que puedan desarrollar en un nivel de calidad el propio bilingüismo, pero esto lleva tiempo, tiene dificultades y no es homogéneo, porque en unos colegios funciona muy bien y en otros no tanto. Mejoramos el proyecto bilingüe, creamos laboratorios de idiomas en los centros, facilitamos ayudantes de conversación nativos, cursos de formación en el extranjero…

—También hay que propiciar la continuación en el sistema educativo.

—Sí, pero también hay que seguir en casa, con viajes, campamentos… porque uno se hace bilingüe a los veintitantos años en nuestro país, y no a los ocho, porque esto no ha hecho más que empezar. La implantación en los institutos ya está en marcha, en Zamora se desarrolla en el instituto Los Sauces y en «Los Salados», en Benavente y en el «Pardo Tavera» de Toro. Se ha comenzado en los centros más preparados, donde los profesores han acreditado más nivel de idiomas.

—¿Zamora puede tener las vacaciones escolares de Semana Santa adaptadas a la importancia de sus procesiones?

—Se puede si la ciudad lo pide. Hay un procedimiento para las excepciones en el calendario escolar. En Benavente y Puebla de Sanabria lo han hecho. Los Consejos Escolares lo piden, después el Consejo Escolar municipal eleva la solicitud a la administración y ya está. El problema es que tienen que estar de acuerdo padres, profesores y la administración y no todos piensan que en Zamora las vacaciones tienen que ser distintas a las de los demás.

—Jubilación a los 67. ¿No para los profesores o para nadie?

—A mí me parece que los profesores, como el conjunto de los ciudadanos lo que tenemos que ser es solidarios con el conjunto del país, y si se necesita que los profesores estemos más tiempo en el aula desarrollando nuestro trabajo, los profesores deberíamos de estar. Dicho esto tenemos todo el derecho del mundo de jubilarnos a los 60 años o a los 65 y los universitarios a los 70, porque son nuestros derechos. Todos hablamos de lo nuestro pero tenemos que ser solidarios a veces para que el sistema se pueda mantener para las generaciones futuras.