Hasta en un 50% han disminuido las representaciones efectuadas este verano por los grupos de teatro aficionados de Zamora con respecto al pasado estío. Las funciones llevadas a cabo con motivo de las fiestas patronales o de las semanas culturales de los pueblos suponen una de las principales fuentes de financiación con las que las formaciones afrontan la puesta en marcha de los nuevos proyectos escénicos y el mantenimiento de los locales.

«Poblaciones donde actuábamos todos los veranos, han fallado este año», reconoce Jesús Domínguez de «Atrezzo Teatro» que ejemplifica que para «nuestro nuevo montaje "El retablo del Dorado", que lleva bastante vestuario, escenografía y material técnico, hemos tenido que pagar con el remanente del grupo y el resto ha salido de nuestro bolsillo». «¡No sé qué podrá pasar en el futuro!», afirma.

«Nunca nos había sucedido tener tan pocas actuaciones en los meses de verano», apunta desde «La Tijera» Jesús Ramos que alude a que «otros agostos hemos llegado a tener hasta 30 funciones, frente a las 15 de este». El actor tiene claro que el descenso de ingresos «no pone en peligro, por ahora, la continuidad de los grupo de la ciudad» afirmación compartida por todos los representantes de las agrupaciones teatrales consultadas.

Desde «Contratiempo Teatro», Carlos Martín reconoce que la merma de los ingresos «nos impide pensar en un nuevo montaje al margen del que llevamos preparando desde primavera, ya que carecemos de medios». Enfatiza que la mayor dificultad a la que tienen que hacer frente ahora reside en «conseguir el pago por parte de los ayuntamientos para los que hemos actuado, ya que el retraso ha aumento mucho». A este respeto Antonio Sastre, director del grupo decano del teatro aficionado de Zamora, «Juan del Enzina», sentencia: «Si no recibimos en breve el dinero que nos adeudan las instituciones públicas, tendremos que dejar el local que tenemos porque somos un grupo de teatro aficionado y, como tal, no tenemos afán de lucro». El veterano actor y director insta al Ayuntamiento de Zamora «a colaborar», puesto que «pueden solucionar el problema facilitando un espacio donde ensayar los grupos de teatro igual que hacen con otros colectivos culturales de la ciudad». La antigua estación de autobuses o la cesión de locales por parte de alguna asociación de vecinos son las sedes sugeridas por Jesús Ramos para acoger los ensayos. Este actor, que ha participado en el Cerco, cuantifica en aproximadamente 400 euros los gastos fijos a los que tiene que hacer frente una compañía amateur que disponga de un local para preparar los montajes y cobijar sus materiales.

En «Natus» se muestran más optimistas, aunque hayan subido a la escena «casi la mitad que otros veranos», reconoce Julio Pardal quien cree que «tenemos que tirar para adelante». «Son baches y no es la primera vez hemos sufrido recortes», sentencia. En la misma sintonía se manifiesta la directora del grupo «Tizona», Elvira Fernández, que dice: «Nosotros, como todos los grupos, nos mantenemos con el trabajo que hacemos» y «lo que recaudemos nos sirve para los montajes que vienen». Roberto Vizán, de «Fantasía», reconoce la existencia de una «crisis estival», pero confía en que la bajada de subvenciones «no afecten finalmente tanto a la cultura».