El paso de los siglos y, a menudo, sucesivas decisiones equivocadas las han condenado a desaparecer, pero una restauración a tiempo es capaz de devolverles toda o parte de la esplendorosa vida con la que fueron concebidas. Son los frescos y pinturas que adornan los muros, abundantes en muchas de las iglesias románicas zamoranas. En la iglesia arciprestal de San Ildefonso, brillan con luz propia desde hace meses dos de esos tesoros escondidos. El ábside y la torre muestran la imagen de Santa Catalina y la escena de la Déesis ya recuperados tras un laborioso proceso de recuperación llevado a cabo por la firma salmantina Uffizzi.

El tratamiento fue llevado a cabo a primeros de este año por el proyecto cultural Zamora Románica, que también ha realizado este tipo de trabajos en los templos de Santa María la Nueva, Santo Sepulcro y Los Remedios. En el caso de San Pedro y San Ildefonso, las pinturas mostraban un elevado estado de deterioro, hasta el punto de que una de ellas escondía hasta el motivo mismo de la representación.

Es el caso de las representaciones que ocupan el cuerpo bajo de la torre y que fueron concebidas en el siglo XIV. Los técnicos de Zamora Románica reconocen que la restauración llevada a cabo en los años ochenta puso en serio peligro una gran pintura de la que sólo se conserva una escena rectangular. Antes de acudir a su rescate, la obra se relacionaba con temas alusivos a la Resurrección de Cristo. Por ejemplo, «La duda de Santo Tomás», «Los discípulos de Emaús» o «Noli me tangere». Sin embargo, «tras su restauración hemos podido identificarla con la representación de la Déesis», apunta la oficina técnica.

Ahora, cualquiera puede acceder al segundo templo de la ciudad y observar en la torre la escena de Cristo con los dos intercesores a los lados -la Virgen y San Juan Bautista- además de los arcángeles San Miguel y San Gabriel.

Para recuperarla a la vista de fieles y visitantes, el equipo de trabajo procedió a limpiar los restos de encalado que la ocultaban, selló las grietas y realizó una mínima intervención sobre la pintura. Un sistema de iluminación ha completado el proceso para mostrar tanto ésta como la otra obra pictórica a quien accede a San Ildefonso.

«Entendemos que este tipo de recuperaciones es muy importante, ya que las pinturas murales son elementos muy delicados y pueden perderse fácilmente», señala Fernando Pérez, responsable de Zamora Románica. Asimismo Pérez señala la complicación del trabajo realizado, aunque «cada pintura se encuentra en un determinado estado de deterioro y requiere un tratamiento específico».

La otra escena recrea la imagen de Santa Catalina y se encuentra en el ábside lateral derecho de la iglesia. Tal y como señalan los responsables, se trata del «único resto de un conjunto pictórico del siglo XVI que quizá decoró otras zonas del templo». En este caso, un sistema de retroiluminación también contribuye a que la escena recupere su antiguo esplendor. Un rescate a tiempo que ha frenado el lógico deterioro de estos tesoros, que carecen de inmunidad al paso de los años y a la, en ocasiones, ignorancia humana.