Edorta Kortadi aproximó ayer a la figura de la artista Teresa Peña, cuya obra pudo verse el pasado mes de marzo en la sala de exposiciones del palacio de la Encarnación, en una mesa redonda encuadrada dentro de las jornadas de teología, celebradas esta semana en la capital y que organiza la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia de Salamanca en colaboración del centro teológico San Ildefonso.

-Teresa Peña es una artista bastante desconocida.

-Se trata de una mujer que en su momento consiguió grandes premios, como ser la primera pintora que logró el premio de Roma. Dispone de un currículum plástico reconocido y tiene obras en el Reina Sofía o en muchos museos diocesanos como el de San Sebastián o Santander. Trabajó sobre temática religiosa explícita, como el Vía Crucis, expuesto en Zamora y un ejemplo de pintura sobria y evocativa. Ella partió del concepto de que el hombre es la figura fundamental, en la línea de los grandes creadores del siglo XX como Picasso o Aurelio Arteta. Además, ejecuta temática humana desde maternidades, matrimonios, el abrazo, los pobres, los marginados...

-La producción artística de Peña acerca a Dios. Desde su punto de vista ¿cómo lo consigue?

-El sentimiento de gran religiosidad de Teresa Peña lo plasmó a través de sus creaciones pictóricas. El arte del siglo XX ha dejado la temática religiosa en un segundo plano, ya que la Iglesia, que en centurias anteriores ha sido una gran mecenas de composiciones artísticas, ha desconfiado del arte moderno, de la abstracción y paralelamente la sociedad se ha desacralizado y secularizado. A pesar de todo, los grandes autores como Picasso, Matisse o Teresa Peña han tocado la religiosidad, pero no exhaustivamente en comparación con etapas previas como el siglo XVII, el Renacimiento o la Edad Media.

-¿La temática religiosa ha coartado la difusión de las obras de Teresa Peña?

-Creo que no. Tuve la suerte de conocerla en vida y era una mujer discreta y silenciosa, pero muy convencida de lo que hacía. No se preocupaba de mostrar sus creaciones en exposiciones, de ahí que su obra sea desconocida, al menos, para el gran público. Su producción no ha entrado todavía en los círculos de popularidad. Ahora su familia está exponiendo sus cuadros en muchos museos, está intentado hacer una casa museo... En el País Vasco es una artista que ha gustado mucho. Es una pintora muy importante que sufre la influencia del cubismo de Picasso y del expresionismo, plasmado en los gestos a través de los que transmite muchos de sus sentimientos.

Tolosa, 1946

Profesor de Historia del Arte de la Universidad de Deusto-San Sebastián y Bilbao. Licenciado por la Universidad de Barcelona en Historia del Arte y doctorado por la de Deusto con una tesis que versó sobre la figura de Aurelio Arteta, 1876-1940. Es autor más de 15 libros sobre Oteiza, Chillida o Goenaga. Ha colaborado en la edición de catálogos sobre Teresa Peña, entre otros autores. Cuenta con más de 300 artículos que van listo la luz en publicaciones especializadas de arte y religión. Colabora con medios de comunicación «siempre que me lo piden», afirma. La docencia la compatibiliza con sus labores al frente de una parroquia de San Sebastián. Su presencia en Zamora obedece a la buena relación que mantiene con el que fue obispo de Zamora, Juan María Uriarte.