Los panaderos de Zamora afirman que en estos momentos ganan entre cinco y diez céntimos de euro menos, por barra de pan, que hace unos meses. La causa hay que buscarla en el incremento del precio de la harina, que ha experimentado un notable ascenso en las últimas semanas.

Miguel Ángel García, trabajador de una panadería de la capital, apunta que «la harina, que es nuestra materia prima, se ha encarecido demasiado este verano». Sin embargo, el panadero afirma que «de momento no hemos subido el precio de la barra porque las cosas ya están bastante mal, no queremos perder más clientes».

En similares términos se expresa otro panadero de la capital. «Aunque el pan sea un producto imprescindible no podemos subir los precios porque siempre habrá alguien cerca que no lo haga. Subir diez céntimos una barra de pan es subirla mucho». Pero habrá que hacerlo, ya que como dice el trabajador, «nos estamos ahogando».

Todos los dueños de panaderías consultados apuntan que tarde o temprano tendrán que trasladar la subida de los precios de la harina al consumidor. En concreto, el precio medio del trigo «harinopanadero» ha aumentado alrededor de un 50% en los últimos meses, ya que ha pasado de los 0,14 euros el kilo a 0,22.

Con lo anterior, y si se considera que alrededor del 15% de una barra de pan es harina, las cantidades se traducen en una subida de más de cinco céntimos. La misma cifra que los panaderos dejan de ganar si se hacen cargo del importe.

Por su parte, Enrique Mateos, trabajador de la Asociación de Empresarios Panaderos y Titulares de Despachos de Pan (Asezpan), asegura que «estos temas siempre generan cierta preocupación en el sector. Ya se empieza a notar la subida del precio de las harinas».

Además de esto, Mateos apunta que «en último extremo aún desconocemos en que medida puede repercutir al consumidor, lo que es cierto es que se trata de una tendencia al alza en los últimos meses». Además, desde la organización de panaderos expresan su preocupación por la escasez de harina, «que puede ser muy peligrosa si se prolonga en el tiempo».

Así mismo, Mateos asegura que «cuando la situación no se pueda mantener la subida de la harina tendrá que trasladarse al consumidor, no queda otra». Aun así, descarta la posibilidad de alcanzar una situación parecida a la de 2008, cuando la fuerte subida de los precios de los cereales y la crisis alimentaria mundial provocó un encarecimiento sustancial de la barra de pan estándar. «La subida del precio será ahora más moderada, pero seguro que el pan será en torno a diez céntimos más caro», apunta Mateos.