Las calles del casco viejo de Zamora acogieron ayer la tradicional procesión de la festividad de la Exaltación de la Santa Cruz, que se adelantó dos días a su fecha habitual para que coincidiera en fin de semana y se pudieran unir a la celebración más fieles.

Tras la salida del Museo de Semana Santa, los integrantes de la cofradía de la Santa Vera Cruz a los que se les iba a imponer la cruz de oro por sus cincuenta años en la hermandad abrían el desfile, arropados por más de un centenar de compañeros y la Banda de Cornetas y Tambores de Zamora.

El olor a incienso y el sonido del barandales recordaba a la Semana Santa. De hecho, muchos turistas se toparon, gratamente sorprendidos, con esta procesión de finales del verano, que terminaba en la iglesia de San Juan, donde el capellán de la cofradía, Florentino Pérez, ofició una eucaristía.

Al final de la celebración, aparte de la imposición de la cruz de oro a los hermanos más veteranos, también se entregó un documento de hermanos de mérito a cuatro cofrades, «en reconocimiento a su labor a través de sus muchos años en la cofradía durante más de veinte años», señaló el presidente, Chano Lorenzo. El día de celebración finalizó con una comida de hermandad en un restaurante de la ciudad.