La experiencia es un «grado», en este caso el de Ingeniería de Edificación. Su implantación el pasado curso 2009/2010 ha supuesto todo un respaldo al resto de titulaciones, que este mes empiezan su nueva etapa adaptadas ya al Espacio Europeo de Educación Superior. El grado en Ingeniería de la Edificación ha sido el estandarte zamorano del paso firme en Bolonia, «y nos ha servido como una muy buena experiencia para organizar los nuevos protocolos que trae consigo en nuevo modelo, como los sistemas de evaluación, favorecer y facilitar las tutorías, centrarnos en la adquisición de competencias? en definitiva, que todo el proceso se centra más en el alumno y en su aprendizaje práctico», explica el vicerrector de Docencia de la Universidad de Salamanca, José Ángel Domínguez.

En todo el distrito universitario, que abarca los Campus de Zamora, Ávila, Béjar y Salamanca, se comenzó con grados piloto en el curso 2008/2009, «un aspecto que nos ha hecho avanzar mejor que otras universidades en el Plan Bolonia, ya que la implantación aquí se ha hecho de forma paulatina, y no todas las titulaciones a un tiempo, por eso ahora no estamos asustados, sino a la expectativa, con optimismo y ultimando estos días todos los detalles », señala el vicerrector.

Un total de ocho nuevos grados comienzan este curso a impartirse en la capital, distribuidos entre las cuatro Escuelas Universitarias zamoranas, una oferta que se suma a la ya implantada Ingeniería de Edificación, con lo que toda la oferta formativa de nuevo ingreso está ya diseñada bajo las directrices europeas para las enseñanzas universitarias. El resto de cursos de los antiguos planes se irán extinguiendo a medida que los grados avancen y vayan sumando cursos.

Los meses de verano no han sido de menos actividad dentro de los muros del Campus zamorano, en el que los profesores han organizado los nuevos horarios, distribuido los seminarios, las aulas para prácticas, etc. «Junio y julio han sido dos meses de intensa actividad, cuadrando clases, horas, centros... para que nada fallara a la hora de poner en marcha los nuevos grados», indica Domínguez. Ahora, llegado ya el mes de septiembre, solo hay que abrir las puertas y comenzar a enseñar con un nuevo sistema, en el que el alumno y sus competencias para el desarrollo de su futuro trabajo son los pilares básicos de su formación, práctica por excelencia.