Los productos ecológicos están cada vez más de moda entre los zamoranos, y es que en los últimos meses, a pesar de la crisis económica, las ventas de estos alimentos no han dejado de aumentar.

En la ciudad las tiendas no dejan de introducir en sus estanterías alimentos que no han sido tratados con productos químicos. Otra de las principales impulsoras ha sido la asociación Naturalia, que llevan ocho años concienciando sobre las ventajas y beneficios de los productos ecológicos. «Desde hace unos años no ha dejado de ir en aumento, es un movimiento que no tiene vuelta atrás y cada día son más las personas que apuestan por este tipo de alimentación», explica Carmen Turiel, miembro de la asociación.

Naturalia cuenta con 90 socios, y a lo largo de este año, las nuevas altas se han disparado y en tan sólo nueve meses ya se han adherido 30 personas. Mantienen una doble labor, incluso pedagógica, puesto que informan a los socios de los beneficios y productos que hay en el mercado y como un punto para comprar alimentos, a un precio más económico.

La asociación que dispone un local para vender alimentos ecológicos, en los que venden desde frutas, verduras, lácteos o carne. «El principal reclamo por el que una persona se hace socio es por las frutas y verduras, debido a que no es fácil encontrarlo en Zamora, aunque todos los productos se venden, puesto que son los propios clientes los que los demandan y nosotros los pedimos», apunta Carmen Turiel.

Aunque muchas veces se tiende a pensar que son productos con un precio elevado, «nada más lejos de la realidad, no se puede comparar un kilo de manzanas ecológicas con una oferta, pero si se compara con un producto de igual a igual, puede que la diferencia sea de unos céntimos», comenta Carmen Turiel.

Entre otros de los objetivos que se persigue con los alimentos ecológicos es que a los productos se les pague un precio justo. Desde Naturalia adquieren todos los productos zamoranos que aparecen en el mercado; «la razónes son sencillas, primero ayudar a los productores zamoranos, que no se encarezca el producto por el transporte y por último que se contamina menos al medio ambiente», explica Turiel.

Hace tan sólo medio siglo atrás, sólo se consumían productos ecológicos, sin nuestros abuelos saberlo, y ahora vuelve con fuerza, algo que nunca se debió perderse por el bien de nuestra salud.