El agente que se sentará en el banquillo de los acusados el 23 de noviembre próximo ganó un pleito en el Tribunal Supremo contra la decisión de sus mandos de imponerle los mismos servicios en dos navidades seguidas. El agente se negó a realizar el trabajo y se le abrió un expediente, que decidió recurrir en vía contenciosa.

El asunto llegó a la sala Militar del Tribunal Supremo que, tras examinar cómo habían transcurrido los hechos, determinó en noviembre del año 2000 que el guardia civil tenía razón en sus argumentaciones, por lo que el expediente quedó sin efecto. La Guardia Civil había cerrado la investigación con una sanción que suponía el cambio de destino.

La actuación del agente parece que no agradó a sus mandos, lo que podría haber provocado cierto descontento. Ahora el joven se enfrenta a un juicio con jurado tras la denuncia de ciudadanos que le acusan de solicitar regalos a cambio de no poner multas de tráfico.

Durante la instrucción se da la circunstancia de que cinco vecinos de Banavente se personaron al mismo tiempo en el juzgado para declarar en contra del agente para corroborar las acusaciones. Ese mismo día, otros dos hicieron lo mismo en la localidad benaventana. Algunos afirmaron que el integrante de la Guardia Civil les había retirado multas a cambio de favores, si bien no han aportado pruebas.

El caso llegó recientemente a la Audiencia Provincial para ser juzgado. El pasado tres de septiembre se llevó a cabo el sorteo de los ciudadanos censados en la provincia que participarán en el jurado que debe juzgar ahora los hechos denunciados.