José Antonio Montecino Prada expone una serie de obras tituladas «Paisajes» desde ayer en la sala de exposiciones de Caja España en su sede de la calle San Torcuato.

-¿Cómo comenzó en el mundo del arte?

-La facilidad que tenía de niño para el dibujo me animó, con 19 ó 20 años, a lanzarme a la aventura de los colores y del lienzo en blanco. Desde entonces he recorrido un camino de aprendizaje basado, fundamentalmente, en la experimentación, el acierto y el error, utilizando diferentes técnicas y diferentes materiales.

-¿Qué método emplea ahora?

-La técnica empleada en esta serie de cuadros es pintura acrílica sobre madera, aunque en exposiciones anteriores he utilizado otro tipo de materiales, como arena, telas y objetos metálicos.

-¿Qué es «Paisajes»?

-Es una exposición en la que he reunido nueve de las obras que he pintado en los últimos tres años. Todas ellas son creaciones que tienden hacia la abstracción, aunque no de una manera radical, en las que un primer plano, que aparece recortado o formando una trama se abre a un espacio vacío e indefinido.

-¿Qué pretende con su pintura?

-Sobre todo transmitir la emoción que a mí me gusta experimentar como espectador cuando veo un cuadro que consigue no dejarme indiferente. Es, como explico en el díptico de la muestra, algo difícil de describir porque debe ser sentido de manera individual e íntima. Espero que el observador se deje llevar, sin prejuicios, buscando sensaciones más que explicaciones, como si se enfrentara a un paisaje, de ahí el título de la exposición que por alguna razón desconocida lo atrae, como un imán, o lo aleja.

-¿Por qué se caracteriza su creación?

-Yo intento que sea, en la medida de lo posible, diferente. Busco hacer cuadros formalmente armónicos y simples en apariencia, que inviten a la contemplación y a la emoción.

-En estos momentos ¿cuesta exponer?

-De manera individual conlleva, en ocasiones, un grado notable de paciencia porque las salas trabajan con listas de espera de años. En mi caso la mayor parte de las muestras que hago son exposiciones colectivas que llevan a cabo las distintas entidades organizadoras de los certámenes de pintura con las obras que resultan galardonadas y finalistas en dichos premios.

-¿Qué dificultades está teniendo para hacerse un camino?

-La principal, en mi caso, es la falta de tiempo para desarrollar todas las ideas que uno tiene en mente. Me lo tomo con paciencia, y tengo la enorme suerte de poder decir que pinto lo que realmente me apetece pintar.

-Por su experiencia, ¿los artistas emergentes reciben suficientes apoyos?

-Creo que cualquiera que ofrezca trabajos interesantes tiene opciones para darlos a conocer, si lo intenta. En Zamora hay varias salas de exposiciones pero, a diferencia de otras ciudades, no cuenta con ningún certamen abierto a nuevas propuestas que dinamicen el movimiento pictórico, como lo hizo la Bienal en su día. Creo que sería necesaria la creación de un certamen de pintura en Zamora y que la Bienal esté abierta a todos los creadores.

Zamora

Se considera zamorano, aunque sus raíces son sanabresas, en concreto, de la localidad de Vigo de Sanabria. Profesionalmente se dedica a la enseñanza en el nivel de Primaria en el colegio de Bermillo de Sayago. Desde hace años combina la docencia con la pintura. Ha concurrido a diversos certámenes de pintura, siendo el último de los galardones que ha recibido el Premio Adquisición en el certamen «Virgen de las Viñas», de Tomelloso, Ciudad Real. En el ámbito pictórico admira a Millares, Tapies y a Picasso. También cultiva otra gran afición, la creación literaria que le ha valido lograr el premio Vicente Aleixandre de poesía en el año 2003.