Los responsables de elaborar los presupuestos y controlar ingresos y gastos en las distintas administraciones públicas de la provincia andan ya haciendo sus cálculos para intentar recortar lo más posible con el fin de que la más que prevista caída de ingresos, especialmente la «nómina» estatal, como los que vienen del «ladrillo», no les coja en un renuncio. Ángel Luis Crespo, concejal de Economía del Ayuntamiento de Zamora explica que el principal problema en estos momentos es de liquidez, es decir, conseguir que los ingresos presupuestados entren realmente en las arcas públicas para poder prestar los servicios. Porque los datos de déficit y deuda «no significan que el Ayuntamiento esté en una situación preocupante o de bancarrota». A falta de cerrar la liquidación presupuestaria de 2009, la del año anterior tiene un déficit de 3,2 millones de euros, que se dotan en el presupuesto de este año, 2010, ya que las entidades locales tienen que funcionar con cuentas ajustadas. Los ingresos pendientes de cobro y los ajustes contables son los factores causantes del déficit. La deuda, indica Crespo, está en términos muy razonables, 14 millones que suponen un índice del 64%.

La Diputación y el Ayuntamiento de Benavente, por su parte, cerraron el último ejercicio contable completo con sendos superávits de cinco y un millones respectivamente, fruto en ambos casos de una política previsora de los recortes que se venían encima y que se barruntaba, aconsejaban «meter la tijera» a fondo. El Consistorio benaventano, indica su concejal de Economía, José Antonio de Dios, debe siete millones, suma no demasiado preocupante, aunque pretende lograr una moratoria en el pago del principal, abonando sólo los intereses, con el fin de contar con mayor liquidez para afrontar un año 2011 que, coinciden los responsables de las entidades locales, se presenta «de aúpa». El alcalde toresano indica que su Ayuntamiento ha cerrado los últimos ejercicios con un ligero superávit. Debe a los bancos seis millones de euros de una deuda «a largo plazo» que considera bastante asumible. La caída de ingresos es lo que preocupa.