El primer coche cayó al talud de la rotonda del Cristo de Morales a las cinco de la mañana. A las nueve, justo enfrente, saltaba otro, y sus ocupantes tuvieron menos suerte: de los cuatro miembros de una familia asturiana -un matrimonio con su hija y el novio de ésta- dos fallecieron y otro sufrió heridas de gravedad. El trágico accidente parece dar la razón a las incontables quejas de los usuarios sobre la peligrosidad de las rotondas entre Zamora y Morales, que están registrando accidentes un día si y otro también, sobre todo de noche, por la falta de iluminación de los cruces, como corroboran quienes circulan habitualmente por la zona, aunque la subdelegada del Gobierno, Pilar de la Higuera, defiende que el diseño y señalización del tramo es el correcto.

El siniestro mortal se producía pasadas las nueve de la mañana, en el kilómetro 281,8 de la carretera nacional 630, cuando un Mercedes modelo 220 de color gris metalizado procedente de Zamora se salía en la primera rotonda, la del Cristo de Morales, que tomaba recta, hasta llevarse el quitamiedos y salir literalmente volando sobre el talud. El automóvil quedó volcado sobre su propio techo en el terreno que hay entre la rotonda y la antigua carretera por la que ahora se accede a la ermita del Cristo de Morales.

Los usuarios de la vía que presenciaron el accidente, entre ellos un bombero de los que habían participado, unas horas antes, en el rescate del primero de los siniestros de la rotonda, dieron aviso a los servicios de emergencia. Inmediatamente se personaron en el lugar ambulancias del 112, los bomberos de Zamora, la Policía Municipal de Zamora, a cuyo término pertenece el punto del siniestro y agentes de la Guardia Civil de Tráfico, que se encargaron de los atestados.

Los bomberos se tuvieron que emplear a fondo para estabilizar el vehículo y así proceder la excarcelación de sus ocupantes, que permanecían en el interior. Una de ellas, una mujer, J.R.R., de 58 años, había fallecido en el acto, y los servicios de emergencia no pudieron hacer otra labor que la de tapar el cadáver a la espera del permiso judicial para levantarlo. Los sanitarios trasladaron hasta el Complejo Asistencial de Zamora a una joven que presentaba la mayor gravedad, D.F.R., de 25 años, que fallecía poco después, y a su novio, P.F.A., de 25 años, herido grave. El otro ocupante del vehículo, precisamente su conductor, A. J.F., de 63 años salió prácticamente ileso del accidente.

En el otro accidente, el ocurrido a las cinco de la mañana, la salida de la vía se produjo justo enfrente, en la misma rotonda, pero en el tramo que hay entre el cruce de Pontejos y el que lleva a Zamora capital. La llamada de un conductor alertó a los servicios de emergencia, y los bomberos pudieron rescatar a un varón, M.V.A., de 34 años, que una UVI móvil trasladó, herido, hasta el Complejo Asistencial de Zamora.

La seguridad vial de las dos rotondas construidas tras el desdoblamiento de la carretera nacional 630 entre Zamora y Morales del Vino ha sido puesta en entredicho por los conductores prácticamente nada más producirse la inauguración. Los usuarios habituales de la vía están hartos de ver vehículos que se «comen» las rotondas, sobre todo de noche, por la falta de iluminación que presentan estos cruces. Subdelegación del Gobierno y Ayuntamiento de Morales se han echado la pelota a sus respectivos tejados a cuenta de si la iluminación de las rotondas correspondía a Fomento o al consistorio moralino. Claro que la primera de las rotondas, la del Cristo no es ni siquiera de Morales, sino que pertenece al término de Zamora capital. Los accidentes se producen también, aunque en menor medida, de día, como queda bien demostrado con el trágico siniestro de ayer.