Atilano Sevillano nació en la localidad de Argusino de Sayago; a la edad de seis años abandonó la provincia para trasladarse a Salamanca junto a su familia. Es doctor en Filología Hispánica y en la actualidad desarrolla su labor educativa en un instituto de secundaria de la ciudad de Valladolid.

-¿Cómo surge la idea de hacer un libro sobre microrrelatos?

-Tengo tendencia hacia lo breve, la máxima en mi vida es que menos es más. Me cautivó la brevedad de hacer un libro sobre relatos breves, sobre todo que no superaran las 3 ó 4 líneas, aunque algún relatos más largos en el libro.

-¿Se puede expresar todo en un relato tan breve?

-Sí, claro. Lo que se puede apreciar a la hora de enfrentarte a una lectura de este tipo es la variedad formal, pero este tipo de lectura no se puede agotar con una sola, sino que requiere más de una lectura, porque muchos relatos tienen nexos de unión que se descubren cuando se vuelve a releer, porque si el lector sólo se queda en una lectura simple no se ha cumplido la función.

-¿Cuál es la función?

-La de cualquier libro, contar una historia, aunque no sea completa, o no tenga un cierre o sea un final sorprendente. Lo que no se va a encontrar los que se enfrenten a un relato breve es que haya una introducción, un nudo y desenlace.

-Alguna de las historias está basada en Zamora.

-Un relato sobre Romeo y Julieta , que se encuentra ambientada en Fermoselle y también otros relatos me inspiró en la comarca de Sayago, tanto en personajes como en el paisaje.

-¿Por qué eligió el título, «De los derroteros de la palabra»?

-Al principio parece negativo, de derrota, pero no es lo que quiero expresar, sino que esta inspirado en la senda, el camino por el que nos lleva las palabras; y resaltar la importancia del lenguaje, debido a que es una de las herramientas que nos diferencia de seres vivos.

-¿Cuándo empieza a publicar libros?

-A escribir desde siempre, pero a publicar mi obra fue más tarde, cuando entré en la década de los 40. Lo primero que publiqué era una poesía madura y reflexiva, no la enfocada para los adolescentes. También tenía cosas sobre la figura de Claudio Rodríguez; después me pasé al microrrelato.

-¿Qué implica la figura de Claudio Rodríguez?

-Es dejarse deslumbrar por la palabra; es uno de los poetas irrenunciables del siglo XX.

-Tiene pensado cambiar de genero literario y pasarse a la novela.

-El género literario son facetas del momento que uno tiene en la vida, seguiré con los microrrelatos, en un futuro nunca se sabe. No me voy a pasar a la novela de un día para otro porque no me quiero subir a la rentabilidad económica, la literatura no es mi profesión, ni tampoco para cultivar mi ego.

-¿Cuáles son los lectores que se acercan a la lectura de los relatos breves?

-Es un género minoritario, para poder leer un microrrelato hay que tener un bagaje cultural porque si no muchos detalles se le escapan al lector. Pero en mi obra intento utilizar la parodia o la ironía que tenga un carácter lúdico. Quiero que se mantenga una postura activa a lo largo del libro.

-¿Qué opina de los libros en formato electrónico?

-La primera propuesta que recibí por parte de la editorial era publicar el libro de manera digital, por el momento me he resistido, porque soy de esas personas que mantiene un culto al libro y lo veo más como un ritual, y por el prestigio.

-¿Por qué momento atraviesa el español, sobre todo entre los más jóvenes?

-Entre los adolescentes sucede que tienen un léxico demasiado pobre, muchos tienen un vocabulario en el que usan menos de 100 palabras; y cada vez usamos más palabras comodín que le damos muchos significados.