El arduo trabajo de investigación de José Ignacio Primo sobre la cantaora «Isabelita de Jerez» ha visto la luz en un libro sobre la artista que murió en la ciudad. La publicación, que ayer se presentó públicamente en el Museo Etnográfico, revela que la jerezana falleció en la capital en el año 1942 y no en 1935 como hasta ahora se pensaba.

-¿Cómo nace la idea de profundizar en la figura de «Isabelita de Jerez»?

-A raíz de que el cantaor Oliver de Triana, en Sevilla en 1984, al saber que yo era zamorano me comentó que había escuchado a una cantaora muy buena que le habían dicho que había muerto en Zamora en 1935. Al volver encontré en unos libros que «Isabelita de Jerez» había fallecido en Zamora actuando con Pastora Imperio en 1935. En el Registro Civil busqué su defunción, pero no constaba, consulté en las hemerotecas de todos los periódicos de 1935 y de 1936 y no hallé ninguna referencia a su muerte, por lo que abandoné la investigación.

-¿Qué le impulsa a retomarla?

-Hace dos años en una visita a Jerez y al Centro Andaluz de Flamenco me facilitaron una reseña publicada en el diario «Información» de Jerez en el que se decía que la cantaora había muerto en Zamora actuando con su hija y con Pastora Imperio y que estaba enterrada en la ciudad. En esta ocasión conté con la ventaja de la digitalización de las hemerotecas. He consultado la del Ministerio de Cultura o la Biblioteca Nacional, donde he rastreado en cientos de periódicos.

-¿Cuál fue el primer dato que encuentra?

-Fue en «Mundo Gráfico». «Isabelita de Jerez» en 1938 canta en Madrid, con lo cual no estaba muerta y decidí seguir la vida de Pastora Imperio porque la toma como su cantaora. Rastreé y localicé muchas actuaciones en lugares como el Teatro de la Zarzuela de Madrid o el Circo Price. En mayo de 1942 encuentro que canta en el Teatro Fontalba de Madrid. A continuación emprende una gira por España. Curiosamente la comienza en Valladolid los días 3, 4 y 5 de junio y prosigue en Zamora, el 6 y el 7.

-¿Busca más información?

-Acudí al cementerio de la ciudad para hallar alguna pista, ya que en el Registro Civil me decían que tenía que ir con algún dato concreto. En un libro de actas del campo santo encuentro la fecha de la defunción, corroborada luego en el Registro Civil. «Isabelita de Jerez» murió el 7 de junio de 1942. En el acta de defunción figura que fue enterrada el día 8 de junio y que murió por una insuficiencia hepática. He consultado a médicos y me dicen que seguramente sufriría un problema hepático con anterioridad y en Zamora tuvo una crisis, que no tiene por qué tener carácter etílico. Entre 1940 y 1941 he notado una laguna en las actuaciones de esta artista de talla nacional, por lo que posiblemente estuviera enferma. También he localizado a una testigo, una hija de la dueña de la pensión donde se hospedó. La hallé por el domicilio que aparecía en el acta de defunción y me ha confirmado que la artista murió en la pensión, que fue un gran disgusto y que los testigos de la muerte fueron los miembros de la compañía.

-¿Se hace eco del fallecimiento la prensa de la época?

-Cuatro días más tarde aparece en el apartado de Registro Civil en «El Correo de Zamora», pero no figura nada en ningún periódico nacional. Murió un sábado a las 20.00 horas y su hija actuó. También creo que ningún medio publicó nada al no haber prensa los domingos y porque «Isabelita» se había desconectado bastante del mundo del espectáculo debido a su enfermedad.

-¿Los restos de la cantaora reposan en San Atilano?

-A los cinco años su marido y su hija los trasladaron al cementerio de Jerez, donde espero que descanse en paz.

-Tras su investigación, ¿qué destacaría de la cantaora?

-Era una gran artista y una prueba de ello es que entre 1931 y 1932 grabó 30 discos. He escuchado alguna grabación que he localizado gracias al Centro Andaluz de Flamenco que está recopilando la obra de la cantaora. «Isabelita de Jerez» era una artista de un gran calado, con un sentimiento gitano y una profundidad tremenda. Me recuerda a Pastora Pavón «La niña de los peines». Sé que «Isabelita» admiraba mucho a «La niña» y actuaron juntas en varias ocasiones y aprendió de ella. Cantó también con Manuel Torres.

-Trabaja con los más grandes de la época y sin embargo ha pasado desapercibida.

-Debido a su final y a que su discografía está perdida. Me gustaría dar a conocer a esta magnífica cantaora. El Centro Andaluz de Flamenco me ha pedido publicar algo sobre «Isabelita de Jerez». Así va a editar en la revista del centro un artículo sobre la cantaora, lo que será un pilar para dar a conocer a esta gran figura del cante.

Santa Cristina de la Polvorosa, 1945

Su afición por el flamenco surge de niño, cuando oía en una taberna de su pueblo a la gente cantar temas de Rafael Farina. En la época de la universidad, en Salamanca, coincidió con unos sevillanos que le pusieron en contacto en la ciudad andaluza, en 1962, con Antonio de Mairena, entre otros artistas. «Les sorprendió que un zamorano se interesara por este arte», dice. Este volumen es el primero sobre flamenco que publica, pero ha colaborado con numerosas revistas flamencas. Este profesor de Secundaria jubilado recuerda que una de las primeras actividades que llevó a cabo en la Escuela de Magisterio en 1969 fue un seminario sobre flamenco con «El Fosforito» y «Juan Habichuela», que inicialmente le prohibieron, aunque acabó realizándose en el salón de Falange.