Amante de la naturaleza y entendido en su aplicaciones medicinales, Augusto Krause no desprecia por ello los avances de química y la medicina actual. Su vida gira en torno a una pasión que mantiene sana su mente y su cuerpo. La pareja de naturistas que forma junto a su mujer, Ana González-Garzo, impartió ayer una conferencia dentro de los actos de conmemoración del día del árbol.

-¿Se aprovecha todo lo que se podría los recursos naturales que ofrecen los bosques?

-En la actualidad el gusto por lo natural y por los remedios caseros es una actividad en auge que cada vez interesa a más persona. Les gusta aprender y poner en práctica esos remedios.

-La recolección de plantas como medicina natural es una actividad de tradición milenaria. ¿Ha cambiado en algo en los últimos tiempos?

-Esta en constante cambio. Los estudios que se hacían antes sobre las plantas eran muy escuetos, pero ahora, la fitoterapia está impulsando mucho los saberes sobre los principios activos de cada planta. En el pasado se sabía qué curaban y ahora también se sabe por qué lo hacen.

-¿Existe algún remedio estrella?

-No, no existe la panacea.

-¿Cuáles son los más efectivos?

-Cada uno enfocado a un problema es una ayuda excelente. Una infusión de hojas de fresno para el reuma es un remedio fantástico. El espino blanco, por ejemplo, es un tónico cardiaco fabuloso, y el abedul está indicado para enfermedades de la piel, como la psoriasis. Pero también hay otras aplicaciones, como el caso del acebo, que es un sustituto del mate argentino.

-Si usted tiene un catarro, ¿va al médico?

-Para una gripe o un catarro utilizo las flores de saúco que son sudoríficas, diuréticas y bajan la fiebre, que es lo que se necesita. Y si tienes tos, una infusión con un poco de tomillo y te quedas como una rosa. Así se conseguiría aliviar un poco las urgencias, porque la gente sabría el remedio que tiene que usar, y que además tiene al alcance de la mano. Al médico es bueno ir para que haga el diagnóstico, aunque la ciencia, la medicina y la química han avanzado mucho y hay que echar mano de ellas cuando es necesario.

-Entonces. ¿Cree que pueden convivir la química y los remedios naturales?

-La química es necesaria también, imagina que todo el mundo cogiera la corteza de sauce, que es ácido acetilsalicílico en vez de una aspirina. Pero investigando todas las dolencias que tenemos se pueden curar con lo que la naturaleza nos está otorgando, lo que hace falta es acercarse a ella y conocerla amarla un poco. Ella te entrega algo a cambio de que tu le entregues algo también, que es el respeto.

-¿En qué momento se encuentran las investigaciones sobre la medicina natural?

-Están avanzando. Por ejemplo, de una especie de tejo que crece en el Amazonas están extrayendo una sustancia que es la taxina, que no han logrado sintetizar, que es capaz de curar un número indeterminado de cánceres. Hoy por hoy no es viable, pero está ahí.

-¿El naturalismo es un modo de vida o un negocio?

- Para mí y mi mujer es una filosofía de vida, una manera de entender y cuidar la naturaleza. No nos dedicamos a la venta, sino a la recolección para nuestro uso personal, para nutrir la farmacopea que tenemos en Puebla y a la que le damos mucho uso.

Puebla de Sanabria (1944)

De padre alemán y madre española, Augusto Krause pasa su infancia y adolescencia entre Puebla de Sanabria y el cercano Vigo, y en 1.961 se traslada con su familia a Alemania. Hace casi 30 años contrajo matrimonio con su mujer, Ana González-Garzo, a la que además le une una gran pasión por las plantas, los árboles y la naturaleza en general. Ambos imparten numerosas conferencias y cursos sobre naturalismo por toda España. El matrimonio reside en Puebla de Sanabria, cerca de los bosques que nutren su completa y variada farmacopea de plantas medicinales que recogen para su uso y disfrute personal, «siempre de manera responsable».