Un grupo de seis ciudadanos promueve la instalación de una escultura, una maternidad con un niño, de Ramón Abrantes en el parque situado en la plaza de San José Obrero en el barrio homónimo. Se trata de «rendirle un merecido homenaje a un amigo, cuya obra es un ejemplo de solidaridad, honestidad y oficio», concreta Ángel Bariego, portavoz de la comisión que desde hace unos meses ha iniciado las gestiones oportunas para que uno de los barrios de la urbe disponga, por fin, de un obra del artista nacido en Corrales del Vino en 1930 y fallecido hace tres años.

La idea surgió a raíz de una conversación «en la que hablamos de que echábamos de menos que una persona del relieve de Abrantes, que ha aportado tanto a la ciudad y, sobre todo, a la Semana Santa estaba cayendo en el olvido», reconoce abiertamente Bariego. No hizo falta más para que los «amigos unidos con el cariño a Abrantes y vecinos del barrio» se pusieran manos a la obra para que «San José Obrero tuviera una escultura de quien fue un vecino más», detalla el portavoz de los promotores.

Hasta el momento los ciudadanos han mantenido varias reuniones para concretar los pasos a seguir y se han entrevistado con los herederos de Abrantes que «se han comprometido de manera verbal a ceder de la pieza» que el artista «realizó en 2002 en cemento y que regaló a su compañera», concreta el escultor Ricardo Flecha, asesor artístico de la comisión, quien detalla que la escultura «la rompieron una noche unos gamberros». «Nos planteamos reparar el original y hacer una copia en bronce», concreta Ángel Bariego.

Para sufragar los cerca de 15.000 euros que costará la fundición en bronce de la maternidad, los impulsores esperan contar con la «colaboración de las instituciones, sino recurriremos a entidades bancarias y, en última instancia, iremos por las casas con rifas o bien organizaremos una tómbola», desgrana el portavoz de la comisión.

Los seis amigos del artista insisten en que la comisión está abierta «a todas aquellas personas que quieran colaborar porque lo que nos mueve es el interés por dar a conocer la obra y la vida de Abrantes en el barrio». El autor de «La Virgen y San Juan» y discípulo de Abrantes, estima que a Ramón «le gustaría que situaran una escultura suya en San José Obrero». Y precisamente en las fiestas patronales de mayo desean que la pieza «sea inaugurada».

La escultura elegida, de 1,50 metros, representa una de las temáticas constantes en la producción del artista, la figura de la mujer. Así la pieza elegida muestra a «una madre que está jugando con un niño en sus brazos» por lo que el mejor lugar para instalarla sería «en un parque, donde se integraría en el espacio», propone el asesor artístico Ricardo Flecha que ejemplifica que el objetivo final es que «la pieza sea un poco como Viriato. Todos de pequeños nos hemos subido a la cabeza del carnero». En esta misma línea se manifiesta el portavoz de la iniciativa que defiende que «la instalación de una escultura en un barrio aproxima el Arte a la ciudad» y ahonda: «sería una manera de que la escultura no esté únicamente en la zona centro y en el casco antiguo de la ciudad y se acerque a toda la población».

Por otro lado, Flecha Barrio indica que artísticamente «es una pieza de gran tamaño, tendencia de su primera época, mientras que en la fase en la que la creo se caracteriza por piezas algo más pequeñas». Además, describe, «es una figura de carácter realista en la que la madre está jugando con el niño». El profesor de la Escuela de Arte de Zamora estima: «es una obra de categoría».

Además alude a varios proyectos de instalación de esculturas de Ramón Abrantes en Zamora todavía pendientes de ver la luz. Así meses después de la desaparición del escultor la Subdelegación del Gobierno de Zamora anunció que situaría una escultura póstuma que presenta una figura femenina alada, que simboliza la libertad en el camino, en una de las rotondas de acceso a la ciudad. Flecha también recuerda que todavía tiene en su estudio la estatua en bronce del general Pablo Morillo, esculpida por Abrantes y concluida a su muerte por él mismo y que la comisión de Cultura del Ayuntamiento de Zamora de julio decidió poner en Las Viñas en torno a octubre.