Zamora despidió hoy, delante de Jesús, Luz y Vida, a Hipólito Pérez Calvo, uno de sus escultores e imagineros más queridos. La Iglesia de San Juan estaba a rebosar. No cabía ni un alfiler y la gente tuvo que esperar en la calle, a pesar de la lluvia, para poder dar el pésame a su viuda, Teresa Mulas, y a sus hijos.

Francisco Pérez Pablos, primo del escultor, dio comienzo a la triste ceremonia con unas palabras que rememoraron la vida y obra de Hipólito. «Seguirá viviendo en nuestro recuerdo», aseguró. El funeral estuvo presidido por el nuevo párroco, Plácido Isidro, y concelebrada por varios sacerdotes. Isidro recordó que el artista fallecido era «un hombre que vivió apasionadamente en este mundo y vivió del mismo modo su fe cristiana. Este modo de vida lo tradujo en sus obras, en sus imágenes, y logró transmitir su fe al resto». Y finalizó diciendo que «Zamora debe estar orgullosa de tener un hijo así».

A su funeral asistieron personalidades y autoridades de todos los ámbitos. Sobre todo de la cultura y la Semana Santa de Zamora y provincia. A San Juan acudieron desde la alcaldesa, Rosa Valdeón y la subdelegada del Gobierno, Pilar de la Higuera a presidentes de las cofradías con las que colaboró durante toda su vida, hasta sus amigos de siempre y su familia.

Después de bendecir el féretro, la familia recibió el pésame de todos los asistentes. Los restos mortales de Hipólito Pérez Calvo descansarán para siempre en el Cementerio de Salamanca.