Ahondar en la cooperación si, pero sin fusiones. Es la idea que dejó traslucir el nuevo presidente de la Unión Regional de Cajas Rurales y máximo mandatario del Consejo Rector de la entidad zamorana, Manuel Ballesteros, al término de la asamblea general celebrada en el Colegio Universitario con presencia de los 156 compromisarios elegidos durante las semanas previas en las juntas preparatorias. «Mi línea va a ser continuista con un camino que ya está iniciado por parte de mi predecesor. Lo que vamos a tratar es de incrementar más si cabe la relación entre las cajas de la Comunidad y también las relaciones con las instituciones», señaló Ballesteros, quien descartó que haya previsto algún paso de cara a posibles fusiones: «Simplemente queremos seguir trabajando juntos y prestándonos apoyo entre las propias cajas». Para Ballesteros, «ahora se habla mucho de las fusiones, pero está demostrado que nuestro modelo funciona. No entiendo por qué elegir otros caminos si este nos está dando resultados y nuestros clientes y nuestros socios están contentos con él. Lo que hay que hacer es todavía potenciarlo más, fomentar las relaciones entre las propias cajas rurales».

El director general de la entidad, Cipriano García, realizó un positivo balance tanto del proceso de preparación y el desarrollo de la asamblea general como de los propios datos que han avalado la gestión del equipo profesional durante el año pasado. El incremento de beneficios en un 2,1% hasta los once millones y medio de euros en una época de recesión económica evidente es un dato tremendamente positivo, sobre todo porque está acompañado de otros parámetros que hablan de una buena salud de la caja zamorana. Eso sí, advirtió García, sin triunfalismos ni echar las campanas al vuelo, porque el deterioro de la situación económica afecta a todos. El gran conocimiento de los clientes, más cercano que otras entidades es uno de los factores por los cuales la Caja Rural de Zamora está bandeando mejor la crisis, aunque evidentemente los márgenes no se pueden comparar con los de sólo un año antes. Un dato positivo es que la morosidad, aunque casi se ha doblado en un año, se mantenía a finales de 2008 en el 2,07%, muy por debajo de la media de bancos y cajas de ahorro en España.

«El balance de 2008 nos llena de orgullo y satisfacción», señaló el director general al término de una asamblea que este año no ha realizado ningún cambio en el consejo rector. La Caja, muy vinculada tradicionalmente al mundo agrícola y ganadero es, hoy en día, una entidad multisectorial imbricada en todos los sectores económicos.